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La compañía Solunion, joint venture constituida en 2013 y participada al 50/50 por Mapfre y Allianz Trade, ha elaborados un informe sobre el sector químico, principal sector exportador de la economía española, que en 2022 ocupó la quinta posición en Europa, con una cuota de mercado superior al 8 %, y que representando, además, un 5,6 % del PIB.
Según dicho informe, los primeros seis meses de 2023, la producción del sector químico en España descendió un -8 %, mientras que la media de la Unión Europea desciende en un -12,3 %. España desciende en menor medida que la media europea, en gran parte por su alto nivel de diversificación entre subsectores y por el buen comportamiento de la química de consumo y salud, aseguran desde Solunion. No obstante, la caída a doble dígito de la química básica (la más intensiva en consumo de gas y electricidad) y la evolución negativa del sector químico en Europa (donde España exporta el 71 % de su facturación) tiene un impacto negativo en el sector químico español.
Las ventas de la industria química de la Unión Europea registran un descenso del -14 % de enero a junio 2023. El nivel de utilización de la capacidad productiva en la industria química descendió significativamente, y en el segundo trimestre de 2023 se situó en torno a solo el 74 %, a niveles similares a los del 2020. El bajo nivel de utilización de la capacidad se debe principalmente a los elevados costes energéticos y a la falta de demanda.
En septiembre de 2023, los precios del gas natural en Europa ascendían en términos nominales a 41,9 (EUR/MWh), un 85 % por debajo del nivel de 2022 y un 57 % inferiores a los de 2021. No obstante, los precios del gas siguen un 60 % por encima de sus niveles medios de 2015-2019. Por otra parte, son 3,8 veces superiores a los que se pagan en Estados Unidos. La crisis de los precios de la energía de marzo de 2022 siguió sometiendo a los productores europeos a una gran presión y la caída de la demanda en sectores clave de uso final también está afectando a la capacidad de los productores de productos químicos para repercutir los de costes.
La química básica es la más penalizada, al observarse un retroceso de la demanda desde finales del 2022 a doble dígito, y siendo, además, la más intensiva en uso de electricidad y gas, costes que no puede trasladar al precio de venta final. Los elevados costes energéticos suponen un freno a la competitividad de la industria química europea respecto al resto del mundo, señalan también desde Solunion.
Los concursos del sector químico se han mantenido en un rango de estabilidad en los últimos cinco ejercicios, si bien a septiembre 2022 se registró un repunte del +18 % respecto a septiembre 2021, hasta los 46 casos. A septiembre 2023, los concursos descienden un -8,% (vs. YTD septiembre 2022). Este descenso es menor a la media de caída de concursos de todos los sectores en España, que ha sido del -26%.
Con relación al índice de impagos, la frecuencia del sector ha evolucionado en línea con la tendencia observada a nivel nacional en los últimos ejercicios. Desde principios de 2021 se observa un cambio de tendencia al alza en la frecuencia de impagos, si bien se mantiene en línea con el histórico del sector y por debajo de la media de sectores a nivel nacional.
Aunque las empresas del sector tienen perfiles de alta capitalización y liquidez, el entorno económico y empresarial no está ayudando a las empresas químicas a resistir mejor la crisis. Los elevados tipos de interés, el endurecimiento de las condiciones de préstamo y las persistentes presiones inflacionistas siguen pesando sobre las industrias productoras de bienes a las que venden las empresas químicas, añaden también desde la aseguradora.