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Trabajar en un entorno seguro se está convirtiendo en un privilegio. Según los últimos datos de la Estadística de Trabajo del Ministerio de Trabajo y Economía social, el número de accidentes laborales con y sin baja asciende a un total de 180.455 (avance enero – febrero 2024), un 3,38% más respecto al mismo periodo del año anterior.
La industria manufacturera lidera el ranking de accidentes con baja, 15.608, y ocupa la segunda posición en jornadas mortales con 12 accidentes, solo por detrás del sector de la construcción. Frente a estos indicadores, ¿es la seguridad laboral una prioridad para los fabricantes y empresarios? ¿La seguridad se entiende como un gasto o una inversión? ¿Qué papel juega la concienciación sobre seguridad desde la formación y la administración?
En el marco del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo promovido por la ONU, Pilz, empresa experta en soluciones para la automatización segura, ha organizado la mesa redonda ‘Código amarillo: los retos de seguridad en la industria’. En el encuentro, celebrado en la Escola Universitària Salesiana de Sarrià (EUSS), han participado Javier Cruz, consultor de seguridad de Pilz y profesor de la EUSS; Laura Moreno, directora de seguridad y salud en el trabajo del Grupo Audens; Núria Grau, técnica de seguridad en máquinas de teknics, y Esteve Aguilar, representante de la Subdirecció General de Seguretat Industrial de la Generalitat de Catalunya, para tratar desde diferentes perspectivas qué desafíos plantea la seguridad en el contexto industrial y cómo se está trabajando en ello desde el ámbito productivo, laboral, académico y administrativo.
El encuentro ha comenzado con la intervención de Jan Puig, director de ventas y marketing de Pilz España y Portugal y moderador del acto, que ha puesto en contexto los datos de siniestralidad y tendencias generales del sector: “En la industria catalana, los accidentes con baja han aumentado, desde 2013 a 2023, un 32,5%”. A partir de este dato, el propio Puig ha invitado a reflexionar sobre la correlación entre el aumento de la producción y la de accidentes: “¿Por qué producir más tiene que conllevar que se produzcan más accidentes en el entorno laboral? Tenemos que trabajar para romper este vínculo”.
Con la formación comienza todo
Parte de la solución recae en la formación en seguridad. En su discurso de bienvenida, Ignasi Florensa, director de la EUSS, ha reflexionado sobre el papel que debe jugar la universidad en el ámbito de la seguridad: “Tenemos que empezar a tratar la seguridad como una disciplina en sí misma, priorizándola dentro de los planes de estudio”. Por su parte, Javier Cruz, docente en materias de seguridad en la EUSS, ha añadido: “En la universidad impartimos conocimientos básicos de seguridad industrial para que cuando los alumnos salgan al mundo laboral tengan nociones sobre lo que implica trabajar con máquinas”. A pesar de su dedicación diaria, Cruz asume que se necesitarían más materias vinculadas a esta disciplina para que los alumnos tuvieran una competencia más completa.
Sobre los retos que plantea el nuevo marco normativo, Cruz, como consultor de seguridad, lo tiene claro: “El desafío será crear una máquina segura tanto a nivel de hardware (solución física) como de software (sistema) para evitar las intrusiones que puedan afectar a su comportamiento en detrimento de la seguridad”. Desde la posición del fabricante de máquinas y automatización de procesos, Núria Grau, técnica experta en seguridad, se ha sumado a la opinión de Javier Cruz: “El Nuevo Reglamento de Máquinas nos plantea cómo podemos proteger a nuestras máquinas de los ciberataques, ya que no somos especialistas en sistemas”.
La seguridad y el factor humano
“La seguridad es lo primero”. Laura Moreno, que lleva 35 años dedicada a la PRL, ha reivindicado el rol del técnico de prevención: “Somos el motor del cambio. Somos los más importantes, pero no los más valorados”. Nuestra figura tendría que estar más considerada y protegida por la administración […] Cada vez hay menos profesionales que quieran dedicarse a la prevención”. La experta en prevención laboral ha defendido la idea de recuperar el espíritu de la Ley de PRL: “Lo primero que habría que hacer es eliminar los riesgos y después evaluar los que no se han podido eliminar, pero la manera como, en ocasiones, se gestiona este tema desde las administraciones hace que muchas empresas lo hagan al revés”. También ha remarcado el comportamiento humano como un factor clave: “Una vez que tienes todo hecho, los accidentes más graves siguen siendo de personas que incumplen las normas de seguridad”. Moreno propone investigar a las personas trabajadoras que incumplen las normas y se ponen en riesgo a sí mismas y a las demás. “La normativa debería concretar cuántas personas tiene que haber con dedicación exclusiva a la prevención en una empresa”. Para mejorar la situación, Moreno cree que se deberían dedicar los esfuerzos a trabajar la cultura, el compromiso, la comunicación y “garantizar la presencia de personal técnico en el proceso productivo de forma permanente”.
La seguridad es una garantía de calidad
A la pregunta ‘¿La seguridad es un coste o una inversión para la empresa?’, Moreno ha respondido: “En el pasado se veía como un coste o una molestia, tanto para las personas trabajadoras como para los sindicatos. Esto está evolucionando con las nuevas generaciones que están más abiertas a cambiar”. Desde la posición del fabricante de maquinaria, Núria Grau ha explicado: “Tener en cuenta la seguridad y ser rigurosos nos puede penalizar a nivel de coste, con relación a otros fabricantes para el mismo proyecto o máquina. Se trata de encontrar un equilibrio entre seguridad, productividad y coste”. Aunque reconoce que todavía queda mucho por hacer en cuanto a cultura de seguridad, la ingeniera es optimista: “Cada vez hay más conciencia, sobre todo, en las grandes empresas y multinacionales”.
La responsabilidad de la administración
Como representante de la Subdirecció General de Seguretat Industrial, Esteve Aguilar ha explicado cuál es el papel clave de la administración en términos de seguridad industrial: “Cuando sucede algún incidente o accidente, la administración es la única que tiene capacidad para analizar el siniestro; decidir si hay infracción y evaluarla en función de la ley; determinar quién es el infractor e imponer una sanción, en caso necesario”. También cuentan con herramientas de control como la ‘vigilancia de mercado’: “Las administraciones pueden vigilar de forma proactiva, a través de muestras y pruebas en el mercado, o reactiva, actuando cuando se produce un accidente”. Aguilar ha concluido sosteniendo que la conciencia social en materia de seguridad industrial irá evolucionando a medida que vayan apareciendo nuevas necesidades.
La seguridad no es una opción. A pesar de que fabricantes, empresarios y la sociedad cada vez están más concienciados, los datos siguen siendo alarmantes. Los expertos lo tienen claro, la solución pasa por la formación, la correcta aplicación de la normativa, las auditorías y herramientas de control y la divulgación de la cultura y el compromiso de todas las partes implicadas.