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Las consecuencias del cambio climático están afectando directamente a la salud de los suelos, en especial, a los suelos de montaña, generalmente menos desarrollados y, por tanto, más vulnerables a la erosión, compactación y pérdida de carbono.
En este sentido, el aumento de las temperaturas es responsable de la disminución del manto de nieve de los Pirineos y favorece una mayor exposición de los suelos a factores de degradación naturales, a los cuales se suman algunos deportes y actividades de montaña que también contribuyen a alterar sus funciones.
Para promover la protección y resiliencia de los suelos pirenaicos al cambio climático, surge el proyecto SOLPYR, una iniciativa puesta en marcha por la Alianza de Suelos de los Pirineos (ASPir).
El proyecto, que se inició a principios de este año y se extenderá durante tres años, se basa en la idea de que un mejor conocimiento de los suelos y los problemas de degradación que sufren permitirá concienciar a las personas usuarias y a los organismos competentes para proteger y conservar este recurso vital para los Pirineos.
Conocer los suelos para protegerlos
El principal objetivo de SOLPYR es favorecer la protección y conservación de los suelos de los Pirineos, así como su resiliencia frente al cambio climático a través del análisis de sus principales vulnerabilidades, la definición de buenas prácticas y la sensibilización de la población en general y de las personas de montaña -esquiadores, montañistas, ciclistas, etc.- para conservar este frágil recurso.
Para alcanzar estos objetivos, SOLPYR generará el primer mapa de suelos unificado del territorio pirenaico. Además, se realizarán estudios de la degradación de los suelos de montaña en caminos/zonas piloto enfocados a la erosión, la dinámica de la materia orgánica y la identificación de buenas prácticas de conservación. Todo el conocimiento generado será la base para crear material pedagógico y divulgativo en el marco de una estrategia común de sensibilización sobre la importancia del mantenimiento, la protección y la conservación de la salud de los suelos.
Las vías principales para la transmisión de esta estrategia de concienciación de SOLPYR serán los senderos y refugios de montaña más transitados, los itinerarios edáficos que se desarrollarán durante el proyecto, talleres y seminarios, buscando llegar a deportistas y población general usuaria de montaña, así como a agentes del sector primario, del sector turístico y a administraciones y organismos implicados en la gestión y toma de decisiones.
Resultados previstos
SOLPYR pretende poner en valor y mejorar la preservación de los suelos de los Pirineos a través de una mejora del conocimiento, concretamente a través de la creación de una cartografía continua y homogénea de todos los suelos pirenaicos, así como con la elaboración de un catálogo de los tipos de suelos representativos de los Pirineos.
El estudio de la vulnerabilidad de los suelos en los senderos o zonas piloto -centrado en la erosión y la pérdida de carbono- permitirá conocer su estado y la identificación de buenas prácticas para su conservación.
Gracias al conocimiento generado, se elaborarán una serie de materiales sobre suelos (juego didáctico, materiales para formación de escolares, etc.) y se organizarán actividades (seminarios, talleres en torno al día mundial de los suelos, jornadas técnicas, etc.) con vistas a la formación, divulgación y sensibilización, garantizando su alineamiento con estrategias y políticas pirenaicas, europeas y mundiales de suelos y cambio climático ya existentes. En este sentido, uno de los resultados más reseñables será la generación de itinerarios edáficos específicos de montaña que podrán vincularse a otras iniciativas de conservación de la naturaleza o a deportes de montaña como el montañismo o el ciclismo.
El centro tecnológico NEIKER participará en la elaboración del mapa de suelo del Pirineo Vasco y aprovechará el trabajo realizado para desarrollar material pedagógico y enriquecer una ruta de montaña con información sobre los suelos. “De esta manera, las rutas populares transfronterizas se convertirán también en itinerarios que incorporarán información sobre la salud del suelo para concienciar sobre su protección y preservación”, explica Ainara Artetxe, investigadora del departamento de Recursos Naturales de NEIKER.
Coordinados por el ICGC (Institut Geogràfici Geològic de Catalunya), también participan socios que representan las distintas regiones de los Pirineos: DRYMA (Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra), FMC (Fundació privada Marcel Chevalier), FORESPIR (GEIE FORESPIR), GET-UT3 (Géosciences Environnement Toulouse-Université Toulouse III Paul Sabatier), IPE-CSIC (Instituto Pirenaico de Ecología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas), el centro tecnológico vasco NEIKER, OPCC-CTP (Observatorio Pirenaico del Cambio Climático del Consorcio de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos) y la UPNA (Universidad Pública de Navarra). El proyecto cuenta también con 10 organismos asociados ubicados por todo el Pirineo.
El proyecto SOLPYR cuenta con un presupuesto total de 1.795.513 euros, que ha sido cofinanciado al 65% por la Unión Europea a través del Programa Interreg POCTEFA 2021-2027. El objetivo de este programa es reforzar la integración económica y social de la zona fronteriza España-Francia-Andorra.
La puesta en marcha de SOLPYR permitirá, a través del conocimiento y la sensibilización, que las personas y entidades usuarias, gestoras y responsables de la toma de decisiones podamos proteger mejor el suelo, un recurso no-renovable que sustenta la vida de los Pirineos y su adaptación al futuro.