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La consultora estratégica Boston Consulting Group (BCG) ha incluido en su publicación “Are Economic Clusters Ready for the Green Transition?” al clúster de descarbonización vasco (Net-Zero Basque Industrial Super Cluster) como un modelo internacional de iniciativa en sostenibilidad industrial.
En particular, BCG lo pone como ejemplo positivo, ya que facilita el acceso de energías limpias a un sector de gran consumo energético que ha de descarbonizarse, al tiempo que busca evitar su pérdida de competitividad en costes.
Marta Guzzafame, Managing Director & Partner y responsable del área de Climate & Sustainability de BCG Iberia y Sudamérica, explica: “El Net-Zero Basque Industrial Super Cluster proporciona entre 2.000 y 3.000 millones de euros de actividad económica mediante el fomento del hidrógeno limpio, las energías renovables y la captura de CO2. Se trata de un ecosistema en el que las innovaciones tecnológicas en sostenibilidad sirven como motor clave para la transición energética y la descarbonización en áreas como la fabricación de pasta y papel, cemento, siderurgia, refino y diversas cadenas de valor. Por ello, constituye un perfecto exponente de colaboración público–privada en sostenibilidad industrial.”
El super clúster industrial vasco (Net-Zero Basque Industrial Super Cluster), es una iniciativa enmarcada en el proyecto "Transitioning Industrial Clusters towards Net Zero" del Word Economic Forum. El Gobierno vasco, a través del Grupo SPRI (la agencia vasca de desarrollo industrial) colabora con dos grandes empresas energéticas y el apoyo de 16 clusters industriales con el fin de acelerar la transición hacia las cero emisiones netas en la industria de la región. Su objetivo es impulsar la descarbonización del consumo energético y la eficiencia energética en la industria, favoreciendo al mismo tiempo la creación de oportunidades de mercado basadas en desarrollo tecnológico e innovación.
BCG indica que el acceso a la energía limpia por la que destaca el super clúster vasco es una de las tres palancas que las administraciones públicas pueden utilizar bajo una “estrategia de protección” (safeguard strategy): en este paradigma, los gobiernos amparan los clústeres existentes, ayudándolos a evolucionar en su transformación hacia la sostenibilidad mientras les apoyan para que no pierdan competitividad. Las otras dos palancas bajo esta estrategia de protección son la inversión directa en los clústeres para apoyar procesos más verdes y el apoyo a la formación de trabajadores.
Por otro lado, la otra estrategia gubernamental que señala se denomina de “estrategia de chispa” (spark strategy), en la que los gobiernos estimulan nuevas oportunidades para los clústeres, procurando atraer más inversiones, fomentando la innovación, intentando generar más demanda y atrayendo nuevo talento en sostenibilidad.
Por último, con el fin de aplicar estas estrategias y medidas de cara a los clústeres, BCG recomienda que las administraciones públicas empleen un enfoque basado en tres fases: evaluar los riesgos y las oportunidades, fomentar la colaboración, y establecer una coordinación centralizada.