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Almacenar y mover productos químicos son actividades que requieren del máximo cuidado, pues de ello depende la seguridad de las personas y también del medio ambiente.
Para que todo vaya bien, hay que tener en cuenta una serie de consideraciones, entre las que está el uso de cajas de embalaje de cartón, que se pueden usar a modo de embalaje secundario y que facilita la identificación de lo que hay dentro al ser fáciles de rotular.
Tanto si se van a guardar como si se van a transportar, los productos químicos tienen que ir bien identificados, pues eso previene los accidentes. Toda sustancia debe ser etiquetada con su composición, riesgos y medidas de emergencia.
Por supuesto, hay que emplear las etiquetas internacionales que de un vistazo nos dicen si estamos ante un artículo inflamable, tóxico, corrosivo, etc.
Una de las normas más básicas, a la hora de guardar productos químicos, es que estos no reaccionen entre sí. Cuando eso es posible, se deben emplear sistemas de almacenamiento que separen estas sustancias.
Incidiendo en el almacenamiento, este siempre ha de tener en cuenta las condiciones específicas que necesitan los productos que se están guardando. Por eso, es necesario controlar la temperatura, la humedad y la ventilación.
Además, los contenedores tienen que ser adecuados para cada sustancia, aguantando la acción química sin que existan fugas.
En cuanto a las estanterías y a los armarios del almacén, tienen que resistir los productos almacenados y contar con medidas de seguridad adicionales.
Si es necesario ser cuidadosos con el almacenaje, qué decir del transporte. Aquí siempre vamos a estar condicionados por las normativas nacionales e internacionales, que definen muy bien los requisitos que hay que cumplir.
Podemos comenzar hablando de la necesidad de un embalaje seguro, contenedores certificados que resistan los golpes y las condiciones climáticas durante los traslados.
Seguimos con el manejo, ya que no todo el mundo puede interactuar con este tipo de productos. De hecho, es muy importante que los operadores estén capacitados y cuenten con la equipación necesaria a la hora de manejar situaciones de emergencia.
No hay que olvidarse del uso de vehículos adecuados y de planificar las rutas, siempre evitando al máximo las zonas muy pobladas.
Cualquier transportista no se puede ocupar de mover productos químicos, en especial de los más peligrosos.
Siempre deben contar con la capacitación y las certificaciones necesarias, pero eso no es todo. Así, hay que buscar conductores experimentados, ya que en el transporte en carretera se está dando trabajo a chóferes que no tienen apenas experiencia en el manejo de este tipo de sustancias debido a la falta de conductores.
Hay que comprobar con la empresa de transportes que los encargados de mover los productos químicos no van a ser conductores que acaban de empezar, sino aquellos que ya tienen experiencia de al menos un par de años en la carretera.