Empresas Premium
El sector químico español (CNAEs 20 y 21) estima cerrar el ejercicio 2024 con un crecimiento productivo del 7,1%, recuperando un fuerte dinamismo, y del 4,8% en el caso de la cifra de negocios, llegando hasta los 86.453 millones de euros.
La principal causa radica en la reactivación de la demanda, que también se ha reflejado en un fuerte repunte del volumen de exportaciones, así como en la bajada de la inflación y los tipos de interés. Este comportamiento contrasta con la caída experimentada el pasado año por el sector, cuando su 2024 producción retrocedió un 0,7% y la cifra de negocios un 6,8% por la contracción de los precios y la demanda.
Así lo ha explicado la presidenta de la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique), Teresa Rasero, reelegida en el marco de la Asamblea General de Feique, evento que ha sido clausurado por el Ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu y en el que también ha intervenido el presidente de CEOE, Antonio Garamendi.
Para 2025 las previsiones del sector estiman mantener un buen ritmo de crecimiento productivo del 3,2% con la expectativa de que continue el recorte de los tipos de interés y se impulse el consumo de bienes duraderos. Asimismo, se espera que a estas variables favorables se sumen el crecimiento de la construcción y la automoción, dos de los sectores que ejercen mayor efecto tractor sobre la economía española y particularmente sobre la industria química, al ser altamente demandantes de productos químicos.
Respecto a la cifra de negocios, se espera que al incremento del 4,8% para 2024, se añada el próximo año un nuevo crecimiento del 4,2%. Con estas previsiones, las ventas de productos químicos superarán por primera vez la cifra de 90.000 millones €, lo que permitirá recuperar por completo el retroceso experimentado en 2023 por el ajuste de precios y alcanzar un crecimiento acumulado del 35,7% desde 2019, el año previo a la pandemia.
Estas cifras positivas repercutirán también en la creación de empleo, que previsiblemente crecerá un 4% hasta los 242.000 empleos directos al cierre de este año y un 3% para el próximo hasta alcanzar la cifra histórica de las 250.000 personas asalariadas directas. Se trata, además, de un empleo de alta calidad: cualificado, estable y de alta remuneración (con una media superior a 42.000 €/año en 2023) que previsiblemente superará los 45.000 euros en 2024.
En un sector tan heterogéneo como el químico, sus diferentes subsectores están proyectando un comportamiento muy dispar en el transcurso del año. Mientras que la química de consumo y especialidades (detergencia, cosmética, pinturas), junto a la química de la salud, están siendo las responsables directas de este crecimiento, la química básica (CNAE 201), que alberga las grandes plantas de producción y se encuentra al inicio de la cadena de valor, se muestra muy estancada a nivel productivo y todo su crecimiento se está apoyando en el efecto precios.
El motivo de este comportamiento es el mismo que afecta al conjunto de la industria europea: el alto coste energético. La química básica es la que realiza la primera transformación de las materias primas, y para este proceso requiere un alto consumo de energía. En este sentido, la presidenta de Feique ha señalado dos factores de coste que tienen un profundo efecto negativo en Europa respecto a otras áreas geográficas: los altos precios del gas y la electricidad, y el coste de los derechos de emisión, que ha calificado de “inexistentes o ínfimos respecto a los pocos países que tienen establecido un régimen comparable”.
“El problema es que son precisamente las producciones de química básica o de otros sectores industriales similares, los esenciales para mantener nuestra autonomía estratégica. Necesitamos, por tanto, precios energéticos más competitivos, y acelerar los procesos de descarbonización, que son los aspectos clave para el futuro de la economía productiva europea” ha subrayado.
La descarbonización completa del sector químico español, para antes de 2050, es una prioridad para esta industria, no solo para ser plenamente sostenible y alcanzar la neutralidad climática sino para continuar siendo competitiva en el nuevo escenario global.
Para afrontar este proceso de descarbonización, el sector estima que requerirá invertir 75.000 millones € en el periodo 2025-2050, lo que supone una inversión anual de 3.000 millones €, de los cuales, según ha explicado la presidenta de Feique, 1.700 millones € se refieren estrictamente al CAPEX, otros 850 millones € corresponderían al coste de parada de las operaciones para abordar las modificaciones tecnológicas y 450 millones € que incluirían los costes de mantenimiento así como otros necesarios para adaptarse a las modificaciones regulatorias que afecten a las instalaciones.
Tal y como ha apuntado Teresa Rasero: “En el sector químico debemos abatir 12,4 millones de toneladas de CO₂, que es la cifra que consta en el último inventario de emisiones de Gases de Efecto Invernadero de 2022, y no será sencillo, porque el principal problema no está en la inversión necesaria para incorporar nuevas tecnologías, que por supuesto es importante, sino en que hoy, los costes de operación de estas tecnologías son superiores a las tecnologías fósiles que continuarán utilizando nuestros competidores internacionales”.
En este contexto, Rasero ha señalado que, si bien el sector valora positivamente el anteproyecto de Ley de Industria y Autonomía Estratégica en aspectos como el nuevo modelo de gobernanza y los nuevos mecanismos e instrumentos que contempla para el desarrollo de la política industrial, también considera que debe completarse con la creación de un Fondo para la Descarbonización.
Este Fondo debería incorporar el apoyo a los numerosos proyectos de inversión existentes, pero todavía latentes, y, muy especialmente, a los costes de operación, para poder activar con seguridad los proyectos y garantizar que las empresas continúen siendo competitivas frente a terceros países.
En cuanto a la financiación del Fondo, según las estimaciones del sector químico, al menos el 50% de los ingresos procedentes de los derechos de emisión, que el pasado año alcanzaron los 3.500 millones €, deberían constituir la fuente de ingresos principal del mismo, dado que es la propia industria quien los abona directa o indirectamente. “Calculamos que el fondo debería aspirar a una cifra cercana a los 2.500 millones € anuales, la cual contribuiría a garantizar la continuidad de los activos industriales estratégicos de nuestro país de forma competitiva”, ha señalado Rasero.
Asimismo, la presidenta ha anunciado durante su intervención que, a principios de 2025, Feique trasladará al Ministerio de Industria un informe detallado sobre el diseño de los contratos por diferencia en España. Aunque de alcance y formatos diferentes, estos modelos ya se encuentran operativos en Alemania, Países Bajos y Dinamarca. “Nuestro objetivo es que los contratos por diferencia de carbono puedan aplicarse a las tecnologías esenciales para la descarbonización, como CCUS, Electrificación, Hidrógeno y Gases renovables, orientados tanto a la oferta como a la demanda cuando sea preciso”, ha señalado.
El precio de la electricidad continúa siendo un importante freno a la competitividad de la industria electrointensiva en su conjunto y muy particularmente de la química básica, ya que ese tipo de consumidores se encuentra en desventaja respecto a otros países europeos donde cuentan con diferentes apoyos de sus gobiernos.
En este sentido, la presidenta de Feique ha apuntado que hay margen de actuación para lograr un precio final medio anual de la electricidad competitivo en la banda de los 40€/MWh: “un precio que se puede alcanzar si agotamos los límites autorizados de compensación de las emisiones indirectas del CO₂ que otorga la Ley de Cambio Climático y si limitamos el coste de los servicios de ajuste”, ha señalado. Asimismo, ha añadido que estas medidas harían que la industria básica fuera globalmente competitiva, garantizando su continuidad y alimentando proyectos de inversión.
Para la presidenta de Feique, aun reconociendo el esfuerzo del Ministerio para elevar hasta 300 millones € dicha compensación, si se tienen en cuenta los precios de la electricidad registrados en 2024 a fecha de hoy, completados con los futuros hasta 31 de diciembre, el diferencial de precio final frente a Francia y Alemania radica en el volumen de compensaciones de las emisiones indirectas de CO₂ y en el elevado coste de los servicios de ajuste que afronta España de casi 12€ extraordinarios por cada MWh.
Por otra parte, Teresa Rasero se ha referido a la nueva agenda estratégica de la UE, que ha dado un giro decisivo hacia la reindustrialización de Europa, un cambio iniciado en gran medida por la Declaración de Amberes, iniciativa lanzada en febrero por el Consejo Europeo de la Industria Química, junto con otros 20 sectores industriales, como una llamada urgente a la Comisión Europea para desarrollar un Industry Deal del mismo calado que el Green Deal con el objetivo de reforzar la competitividad y autonomía industrial de Europa.
El espíritu de esta Declaración ha sido posteriormente ratificado ampliamente por el informe Letta, la Agenda Estratégica 2024-2029 aprobada por el Consejo Europeo, las líneas de actuación presentadas por Von der Leyen en su discurso de reelección y el informe Draghi sobre la situación de la competitividad industrial europea. En esta línea, la presidenta de Feique ha querido reconocer el apoyo del Ministerio de Industria en el Consejo de Competitividad posicionando a España como uno de los líderes en el soporte del proyecto industrial europeo.
Para Rasero, Europa debe plantear un modelo industrial orientado simultáneamente a la sostenibilidad y la competitividad, teniendo siempre en su horizonte el objetivo de reducir el costoso y complejo marco regulatorio, y las cargas administrativas que “nos inundan de ineficiencias”. Tal y como ha señalado, el modelo tiene que servir para abaratar el coste de la energía en Europa, garantizar el acceso a materias primas críticas y estratégicas y transformar de forma efectiva a los sectores industriales respetando la neutralidad tecnológica.
En otro orden de cosas y, dentro del marco celebrado en la Asamblea de Feique, Teresa Rasero ha sido reelegida por unanimidad como presidenta de la Federación hasta 2026.
Rasero tomó posesión en 2022, en sustitución de Carles Navarro (BASF). Además, también es presidenta de la Comisión de Industria y Transición Ecológica de CEOE desde 2023.
Ingeniera Industrial por la Universidad Politécnica de Madrid, MBA por el Instituto de Empresa y PADE por el IESE, Teresa Rasero también es presidenta del Air Liquide España y Air Liquide Portugal. Comenzó su carrera profesional en el Instituto Madrileño de Desarrollo de la Comunidad de Madrid (IMADE), trabajando posteriormente para Gas Natural. En 1996 se unió al Grupo Air Liquide, ocupando diversos puestos de creciente responsabilidad en distintas áreas y participando en numerosos proyectos internacionales, hasta que asumió la presidencia del Grupo en 2016.
Teresa Rasero forma parte del Consejo Asesor del Colegio de Ingenieros Industriales de Madrid y fue presidenta de la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE) de 2017 a 2021. Asimismo, es ponente habitual en numerosos congresos y eventos relacionados con la industria, la energía y la descarbonización.
Además de la reelección de la presidenta, durante la Asamblea también han renovado cargos el resto de integrantes de la cúpula directiva de Feique, constituida del siguiente modo:
Presidenta de Feique
Teresa Rasero (Presidenta de Grupo Air Liquide)
Vicepresidentes de Feique
Joan ROGET
Presidente de la Federación Catalana del Sector Químico (FEDEQUIM) y CEO de Panreac
Tomás OLLEROS
Vocal de la Junta Directiva de Farmaindustria
Presidente de Farmasierra
Jaime MARTÍN
Director ejecutivo de Refino y Química de Repsol
José María SOLANA
CEO de Cepsa Química
Tesorero-Contador
Justin CORCHO
CEO de Nippon Gases