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La Asociación Vasca de Empresas Químicas (AVEQ-KIMIKA) ha alertado que el ´tsunami normativo´ europeo en materia de descarbonización pone en riesgo la competitividad de la industria química en Euskadi.
La organización advierte que las empresas que no se adapten a las exigencias enfrentarán aumentos significativos en sus costes directos e indirectos, perderán competitividad en mercados internacionales y se verán afectadas por barreras adicionales que dificultarán su acceso a economías más sostenibles.
Esta llamada a la acción se realizó durante la jornada ´Implicaciones estratégicas de la descarbonización para las empresas industriales en Euskadi´, celebrada en Bilbao, donde la presidenta de AVEQ-KIMIKA, Ángela Fernández, destacó los esfuerzos de la industria química europea en la lucha contra el cambio climático, subrayando que “ningún otro agente a nivel mundial ha obtenido mejores resultados en la reducción de su huella de carbono”.
En relación con la descarbonización, Fernández enfatizó que este proceso no debe ser visto como “un trámite administrativo adicional”, sino como “un desafío estratégico que requiere una planificación a largo plazo, adaptada a las características de cada empresa y actividad”. Señaló que la dependencia de la energía es un factor común en toda la industria, lo que hace indispensable abordar este reto de manera estructurada y con visión de futuro.
El evento, que reunió a expertos y representantes del sector, incluyó el análisis del marco regulatorio europeo de Iria Flavia Peñalva, de la consultora Global Factor, quien destacó las implicaciones del Pacto Verde Europeo y medidas como el paquete "Fit for 55", el Régimen de Comercio de Derechos de Emisión (EU ETS) y el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM). Según Flavia, estas políticas, diseñadas para reducir emisiones y promover tecnologías sostenibles, imponen desafíos significativos al exigir inversiones en tecnologías limpias y energías renovables. “Las empresas que no se adapten enfrentarán incrementos en costes directos e indirectos, pérdida de competitividad y barreras para acceder a mercados internacionales más sostenibles”, alertó
La jornada también sirvió para presentar iniciativas como el Net-Zero Basque Industrial SuperCluster (NZBISC), liderado por el Gobierno Vasco en colaboración con empresas y clústeres industriales, que busca reducir las emisiones de sectores clave como el cemento, la siderurgia y la fundición. Ainara Ratón, del Grupo SPRI, destacó que el NZBISC ya ha movilizado más de 252 millones de euros en proyectos de I+D y promueve tecnologías como el hidrógeno verde y la electrificación.
En su opinión, en el camino de la descarbonización tiene que haber un enfoque “equilibrado” entre sostenibilidad y desarrollo tecnológico. "Hay que balancear entre las dos propuestas para continuar siendo competitivos y no cargarnos la industria en el proceso", señaló.
En esta línea, el director de Estrategia en Tecnalia, Asier Maiztegi, centró su intervención en el uso de tecnologías innovadoras como bombas de calor de alta temperatura, sistemas de recuperación de calor residual y combustibles alternativos como el hidrógeno, que son "fundamentales para optimizar el consumo energético y reducir las emisiones en sectores industriales intensivos". También destacó el uso de inteligencia artificial y modelos digitales para mejorar la eficiencia en los procesos industriales.
“Estas tecnologías, cuando se combinan con modelos de negocio adaptados, facilitan su integración en el mercado y maximizan su adopción en diferentes sectores, abriendo nuevas oportunidades para la industria vasca”, destaco Maiztegi
Entre los casos de éxito presentados, se destacó el proyecto de descarbonización de la planta de productos de tratamiento de aguas de Acideka en Lantarón, que ha logrado reducir un 52 % sus emisiones de CO₂ equivalente a 1.277 toneladas anuales, gracias a la colaboración con SENER y NetOn Power.
Para ello se han aprovechado del hidrógeno generado en sus procesos, la implementación de energías renovables y la optimización de sus sistemas mediante la electricidad de origen renovable proveniente de una planta fotovoltaica de autoconsumo, ubicada en terrenos próximos al centro de producción; y un sistema equipado con una capacidad de almacenamiento de energía térmica mediante sales fundidas que permite absorber la producción íntegra de la planta fotovoltaica y eliminando el vertido a la red.
Luis Blanco-Urgoiti, secretario general de AVEQ-KIMIKA, cerró el encuentro destacando los retos del sector químico vasco, como mejorar la eficiencia energética, impulsar la autogeneración y fomentar la economía circular. También señaló las oportunidades para liderar áreas como la producción de gases renovables y la bioeconomía. Sin embargo, advirtió sobre barreras como la falta de incentivos, el rechazo social a nuevas infraestructuras y la necesidad de mayor formación para la transición.
"Con un ecosistema de innovación sólido y las mejores técnicas disponibles a precios asumibles, podemos avanzar hacia un modelo sostenible y competitivo", concluyó.