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Ser sostenibles sin comprometer la competitividad: ese es uno de los principales desafíos que enfrentan los sectores plástico y químico en España. Estas industrias, fundamentales para la economía española, han tenido que adaptarse en los últimos años a los ambiciosos objetivos de sostenibilidad de la Unión Europea, cuyo propósito es alcanzar la neutralidad climática en 2050.
Mesa de debate con los representantes de empresas y asociaciones del sector químico y plástico. Fuente: Economía 3
En consecuencia, ambos sectores han debido hacer frente a una vorágine de nuevas normativas y recomendaciones que llegan desde Bruselas.
Las cifras ilustran de manera clara el peso de sendas industrias en la economía. Por un lado, el químico continúa siendo uno de los principales y más consolidados sectores industriales: representa el 6,1% del PIB y el 5,5% de la población activa asalariada del sector privado, según datos de Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique). Por su parte, el plástico supone un 2% del total de la industria manufacturera, que da trabajo a más de 82.000 personas, según la Asociación Española de Industriales de Plásticos (Anaip).
En una mesa de debate organizada por Economía 3, representantes de empresas y asociaciones de ambos sectores analizaron los retos y oportunidades a los que se enfrentan y clamaron por una desregulación y una desburocratización en la UE que ayude a ganar competitividad frente a terceros países.
El panel de expertos estuvo compuesto por la secretaria general de Avep, Cristina Monge; el managing director de Implica CF, Guillermo Ramón; el director de Relaciones Externas de Ivace+i, Rafael Escamilla; el jefe de Ventas de Irisem, Israel Nadal; el gerente de Rogemar, Lino Palacios; el presidente de Quimeltia, Pedro Rodríguez; el secretario general de Quimacova, Jesús Carretero, y el accionista de Vinilos del Este, Jorge Martínez.
La contribución de ambas industrias a la economía española es innegable. Sin embargo, los participantes en la mesa han expresado su preocupación por las exigencias regulatorias provenientes de Europa que reducen la competitividad frente a terceros países, incrementan los costes y generan, en muchas ocasiones, confusión burocrática.
El presidente de Quimeltia, Pedro Rodríguez, puso énfasis en cómo "la presión regulatoria" afecta especialmente a las pequeñas y medianas empresas (pymes), para las cuales "la cuestión regulatoria se convierte en una cuestión de supervivencia". Según Rodríguez, "desde la entrada de España en el mercado común en 1986, muchos temían que las pymes desaparecerían, pero la economía española ha demostrado en las últimas décadas la importancia y resiliencia de estas".
Rodríguez también destacó la naturaleza transversal del sector químico, subrayando su impacto en distintas áreas de la economía. A pesar de los numerosos desafíos regulatorios y económicos, afirmó que "el sector va bien", lo que refleja la capacidad de adaptación de la industria.
Durante su intervención, Rodríguez aprovechó para dedicar unas palabras de recuerdo a Miguel Burdeos, presidente de honor de Quimacova, quien falleció en la DANA del pasado 29 de octubre. "Fue una persona que hizo muchísimo por la química", señaló.
Desde Implica Corporate Finance, Guillermo Ramón destacó la importancia de que las empresas españolas de los sectores químico y plástico aumenten su tamaño para afrontar los retos derivados de procesos como la descarbonización. Según Ramón, "el crecimiento empresarial será clave para mitigar los incrementos de costes que inevitablemente afectarán a estas industrias en los próximos años·.
Añadiendo que "el sector químico ha hecho los deberes y está en buena posición. Sin embargo, en el sector del plástico, donde predominan las pymes, existe un mayor riesgo. Por ejemplo, en Alicante, tenemos muchos clientes que ya enfrentan dificultades para absorber estos incrementos de costes. La descarbonización implicará un aumento de los costes, y llegará un momento en que muchas pymes no podrán soportarlo".
Además, Guillermo Ramón alertó sobre las perspectivas del mercado del gas, que, según él, "pinta mal" para 2025. Esto podría convertirse en un factor que "distorsione la rentabilidad de las empresas en los próximos años", afectando especialmente a aquellas que carecen de los recursos necesarios para adaptarse a las fluctuaciones.
Los sectores plástico y químico son dos industrias que se sufren especialmente cualquier conflicto o alteración en el ámbito geopolítico. En este contexto, el secretario general de Quimacova, Jesús Carretero, recordó que el sector químico se ha enfrentado a "coyunturas complicadas, como la pandemia de COVID-19 o la guerra en Ucrania". "El sector químico ha sido muy constante y muy esencial, ya que la química está presente en el 99% de los procesos industriales", agregó.
También coincidió en que el sector se encuentra "en una auténtica revolución a nivel regulatorio", con una "vorágine de adaptación de productos y de procesos", debido al Pacto Verde Europeo. "Todo este cambio normativo está provocando que profesionalicemos las empresas y nos movamos en unos plazos que, en la mayoría de los casos, son inasumibles", indicó.
Según Carretero, este contexto genera "una pérdida de competitividad" debido a la regulación vigente, ya que resulta complicado competir con terceros países que no están sujetos a normativas como las de la Unión Europea.
El gerente de Rogermar, Lino Palacios, destacó que el sector químico atraviesa un proceso de "adaptación constante" para mantenerse competitivo. "Cada año nos enfrentamos a una nueva regulación", señaló Palacios, quien además recordó que este contexto obliga a las empresas a ajustarse continuamente a las normativas.
Ante esta situación, subrayó la importancia de "tratar de destacar, poner en valor el producto, resaltar su calidad y apostar por la internacionalización", como fórmulas para crecer y mantenerse a la vanguardia.
A pesar de los desafíos y "los contras" de las normativas de la UE, Israel Nadal, de Irisem, subrayó "el fin positivo que persiguen", porque "estamos avanzando hacia un mundo más sostenible". Sin embargo, consideró que el enfoque es "equivocado", puesto que las regulaciones siempre "se focalizan en las empresas con un fin monetario".
Nadal insistió en la necesidad de hacer un "uso coherente de los materiales", argumentando que "demonizar es muy fácil". A su juicio, tanto en la industria química como en la del plástico, el problema radica en el uso inadecuado de los productos, no en los productos en sí mismos. "Si utilizamos mal un producto químico, contaminamos. Si lo utilizamos bien, tiene muchas virtudes", explicó.
En el caso del sector del plástico, la directora general de AVEP, Cristina Monge, lamentó que este material se haya convertido "en un elemento criminalizado desde un punto de vista social". Monge subrayó que el problema no radica tanto en el plástico en sí, sino en "la gestión ineficaz de los residuos que ha llevado a su acumulación".
Ante este panorama, Monge detalló que AVEP ha intensificado sus esfuerzos en los últimos años para "visibilizar el valor del plástico como un material esencial en muchos ámbitos" y para promover la "adaptación del sector a la economía circular".
Monge también hizo especial hincapié en la "fuerte presión legislativa" a la que se enfrenta el sector. "Hablamos de Europa y de sus exigencias regulatorias, pero España, en el último año, se ha coronado con el impuesto al plástico", criticó.
En esta línea, Jorge Martínez, de Vinilos del Este, subrayó que "cuando se pone el impuesto al plástico, no consideramos que alguien tiene que asumir ese costo, y ese alguien es el consumidor final".
Martínez explicó que, además de la "vorágine de normativas poco claras", el sector plástico debe hacer frente a retos geopolíticos como la guerra en Ucrania o en Gaza. Estos eventos alteran la cadena de suministros y afectan en los costes de la logística de materias primas. "La normativa es un ancla y una mochila que se pone a las empresas. Mientras en otros países no tienen, aquí se crea un clima burocrático del cual las empresas huyen", resaltó.
"Como inversor, ves este panorama y dejas de invertir. No se trata solo de afrontar un reto ambiental, sino de adaptarlo a una realidad que es la inversión del empresario",consideró.
Por parte de la Administración, el responsable de Relaciones Externas de Ivace+i, Rafael Escamilla, admitió que el contexto burocrático y normativo que se ha creado a nivel europeo no ayuda a las empresas. "Se ha creado una competencia desleal para estos sectores. Ha habido una hiperregulación con el Pacto Verde Europeo y con querer ser el espacio más sostenible del mundo, y se ha llevado demasiado lejos en el marco regulatorio",opinó.
En este punto, Escamilla quiso recordar que, en Europa, ya están empezando a sonar "voces que alertan de la perdida de competitividad", como se expone en el informe elaborado por el expresidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi. "Debemos empezar a posicionarnos en la desregularización que acompase a los grandes objetivos, muy loables, como la sostenibilidad del planeta", añadió.
Finalmente, el responsable de Relaciones Externas del Ivace+i recordó que los sectores plástico y químico, "vitales para la economía", están "muy afectados por la normativa de sostenibilidad". Por ello, remarcó que "la obligación" de la Administración "es escuchar y sacar herramientas útiles".
