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BASF está invirtiendo una cantidad de dos dígitos de millones de euros en una nueva planta de alcoholatos en sus instalaciones de Ludwigshafen (Alemania). La planta producirá metilato sódico y metilato potásico.
Estas son dos importantes sustancias químicas utilizadas para la producción de biodiésel y para aplicaciones farmacéuticas y agrícolas. Utilizando tecnología punta, la nueva planta sustituirá a las actuales instalaciones de producción de Ludwigshafen y se espera que entre en funcionamiento en la segunda mitad de 2027.
"Esta inversión es una prueba más del firme compromiso de BASF con su centro de Ludwigshafen", declaró la Dra. Katja Scharpwinkel, miembro del Consejo de Administración y directora del centro de Ludwigshafen. "Con la construcción de instalaciones de producción avanzadas, estamos impulsando la transformación de la planta y mejorando nuestra competitividad en un entorno de mercado global. Así es como ponemos en práctica nuestra estrategia ´Winning Ways´ y creamos valor a largo plazo para la sede de nuestra empresa."
"Diversas industrias de Europa y de todo el mundo confían en los alcoholatos de alta calidad que producimos en Ludwigshafen", declaró el Dr. Ramkumar Dhruva, presidente de la división de Monómeros de BASF. "Estamos invirtiendo en un proceso de producción eficiente, integrado en Verbund y orientado al futuro porque nuestra prioridad es seguir siendo un proveedor fiable de alcoholatos para nuestros clientes en el futuro."
BASF es uno de los principales proveedores de alcoholatos para diversas aplicaciones. La nueva planta de Ludwigshafen complementa la reciente ampliación de la producción de metilato sódico de BASF en Guaratinguetá, Brasil.
Entre otros usos, los alcoholatos sirven como catalizadores y reactivos en diversas industrias, principalmente para biodiésel y en aplicaciones farmacéuticas o agrícolas. Así, la inversión apoya el creciente mercado de productos de ciencias de la vida y la continua demanda de biodiésel.
