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El impacto de una subida de tasas al sector, que emplea a más de 1,2 millones de trabajadores en la UE y factura 655.000 millones de euros, sería tan lesivo para la economía de la región como la aplicación de una tasa general.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha declarado recientemente la posibilidad de aplicar una subida de aranceles en torno al 25% a todos los productos de la Unión Europea.
Sobre la la mesa están aquellos bienes que generan un gran déficit comercial con Europa, pero cuyo suministro no depende de la región. Sin embargo, hay otro sector donde Estados Unidos registra un agujero notable, de más de 58.000 millones de euros, entre lo que vende e importa de los Veintisiete, el de la industria química.
Con más de 1,2 millones de trabajadores en toda la región, el sector factura 655.000 millones de euros y dedica alrededor de 10.200 millones a inversiones en I+D, según datos de la patronal europea, Cefic. Su importancia económica es tal, que si el paquete final de aranceles que proyecta Trump incluye a estos productos, "el golpe para la zona euro podría ser muy grande, aproximándose al efecto de un arancel general", advierte Félix Feather, economista de la gestora abrdn.
El experto confía en que, dada la importancia de los proveedores de la Unión Europea en el mercado estadounidense de productos farmacéuticos y la relevancia política de los precios de los medicamentos, "Estados Unidos no decida centrarse en este sector". Feather añade que aún podrían evitarse aranceles amplios si Washington obtiene concesiones de Bruselas en otros ámbitos.
Particularmente, el sector químico-farmacéutico español puede verse afectado por estas medidas, "debido a la creciente dependencia de las exportaciones e importaciones en el comercio internacional y el impacto que puede suponer en los flujos comerciales", advierte María Eugenia Anta, directora de Internacional, Inversión e Innovación de Feique. "Esperamos que la Unión Europea responda con unidad y proporcionalidad para evitar añadir una capa adicional de incertidumbre a las estrategias de las empresas española", añade.
Los analistas ven probable que los Veintisiete traten de hacer concesiones en cuestiones comerciales arancelarias y no arancelarias para evitar la imposición total de tasas. Entre las posibles medidas a adoptar estaría el compromiso para aumentar el gasto en defensa o acuerdos de compra de bienes. Esto posibilitaría que los aranceles que finalmente se impongan sean inferiores a los anunciados.
Sigue existiendo un alto grado de incertidumbre en torno a la "naturaleza" de la política comercial que persigue la Casa Blanca en estos momentos y, en particular, sobre cómo se aplicará la política de aranceles recíprocos que se anunciará el próximo 2 de abril. "Sigue siendo posible la imposición de aranceles duraderos a un nivel significativamente más alto y amplio", advierte Lizzy Galbraith, economista.
El químico sería, de hecho, el segundo sector productivo más afectado a nivel nacional por una subida de tasas comerciales al 25%, según los cálculos del departamento de análisis de Bankinter. Es más, en la entidad advierten de que las ventas de la industria química y farmacéutica (sus exportaciones rondan los 59.603 millones) podrían caer hasta un 16,5% bajo ese escenario. Sería un impacto algo menor al 28% que se hundirían las exportaciones de maquinaria y material eléctrico, cuyas ventas a territorio norteamericano superaron los 4.000 millones el año pasado.
Con un total de 3.103 empresas, el sector químico aporta alrededor del 6,1% a la economía española, genera más de 233.000 empleos directos y más de 792.200 indirectos, una cifra esta última que representa el 5,5% de la población activa de asalariados dentro del sector privado.
España registró el año pasado el segundo mayor déficit comercial de su historia con Estados Unidos. El agujero entre lo que el país exportó e importó a la mayor economía del mundo alcanzó los 10.013 millones de euros en 2024. Es una cantidad que sólo se vio superada en 2022, el año en que las ventas de bienes y servicios al exterior marcaron un récord (el déficit comercial fue entonces de 14.809 millones).