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Schneider Electric, referente en la transformación digital de la gestión de la energía y la automatización, ha anunciado hoy su patente para aprovechar la inteligencia artificial (IA) con el fin de ayudar a reducir la probabilidad de riesgos en la seguridad de los procesos.
La novedad analiza automáticamente, o de forma semiautomática, los posibles peligros del proceso y valida los mecanismos de protección en un proceso industrial. A partir de ahí, es posible prevenir los peligros mediante una herramienta de análisis que incorpora mecanismos de protección al proceso.
A medida que más industrias adoptan la transformación digital y generan datos de alta calidad, aumentan las ventajas de implementar la IA en las tareas cotidianas. Esta última patente del equipo EcoStruxure™ Triconex Safety tiene el potencial de identificar peligros potenciales y protecciones en un mismo proceso.
De este modo, la gestión de la seguridad de los procesos puede aprovechar los datos industriales en tiempo real para revalidar los estudios HAZOP con el fin de prevenir riesgos industriales y salvar vidas.
“Somos los primeros en traspasar este límite de automatizar el análisis del proceso de peligrosidad con inteligencia artificial”, afirma Javier Figueras, vicepresidente de Industrial Automation para España y Portugal, de Schneider Electric. “Llevar la IA a la seguridad funcional tiene el potencial de crear un estudio HAZOP más riguroso y robusto, generando más combinaciones de escenarios y desviaciones de lo que era humanamente posible antes”.
Esta patente forma parte de una iniciativa estratégica para mejorar la seguridad funcional utilizando la IA. Ahora es posible simular peligros, con condiciones variables, y luego intentar prevenir condiciones de riesgo utilizando una herramienta de análisis de peligros de procesos para generar mecanismos de protección del proceso.
En estos momentos están pendientes otras tres patentes de Schneider Electric que incorporan la IA al ciclo de vida de la seguridad funcional. La noticia de esta innovación llega en un momento en que crece el interés por combinar el ingenio humano en el análisis de la seguridad funcional con la aplicación estratégica del aprendizaje reforzado para prevenir situaciones peligrosas en la automatización industrial.