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El Día Mundial de la Eficiencia Energética, que se celebra este miércoles, 5 de marzo, nos recuerda y sensibiliza sobre la necesidad de reducir el consumo energético mediante un uso razonable y sostenible de la energía.
En nuestro país, medidas recientes como el Fondo Nacional de Eficiencia Energética (FNEE) o el sistema de CAE, ambos impulsados por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD), han permitido elevar los objetivos de eficiencia energética del Plan Nacional de Energía y Clima 2023-2030 (PNIEC) hasta el 43%.
En este marco, la acreditación se ha posicionado como una de las herramientas cada vez más utilizada por la Administración para garantizar la seguridad e integridad de actividades de evaluación y control que intervienen en sectores clave para las políticas públicas como es el de la eficiencia energética.
Ejemplo de ello son las diferentes regulaciones aprobadas recientemente y que incorporan la acreditación, entre las que cabe destacar el Real Decreto 36/2023, que regula el sistema de Certificados de Ahorro Energético (CAE) y que pone a disposición del mercado una nueva herramienta para alcanzar los objetivos de ahorro de energía comprometidos con la UE, que ha incorporado la acreditación con el objetivo de aportar una mayor fiabilidad a los informes de verificación. Con esta finalidad, ENAC, la Entidad Nacional de Acreditación, ha trabajado con el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en el desarrollo del correspondiente esquema de acreditación. Tras la concesión de las primeras acreditaciones en 2024, el mercado español ya cuenta con los servicios acreditados necesarios para la puesta en práctica de este mecanismo público de ahorro energético.
De la misma forma, la acreditación es una pieza clave tanto en el Real Decreto 692/2021, por el que se regula la concesión directa de ayudas a proyectos singulares locales de energía limpia en municipios de reto demográfico y que exige que las luminarias LED estén certificadas por un organismo acreditado, como el Reglamento de Eficiencia Energética en las Instalaciones de Alumbrado Exterior, cuyo objetivo es la mejora de la eficiencia y ahorro energético, o la utilización de entidades de inspección acreditadas por parte de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para comprobar que las instalaciones de cogeneración de energía eléctrica cumplan con los requisitos legales de eficiencia.
Respecto a la generación distribuida y el fomento de la autoproducción de energía renovable, la labor tanto de las entidades de certificación como de los laboratorios de ensayo acreditados ha pasado a ser fundamental al actuar como garantía de una correcta conexión a la red general de distribución de las instalaciones y elementos de generación.
Asimismo, los laboratorios acreditados y las entidades de certificación de producto juegan un papel esencial a la hora de aportar confianza sobre el cumplimiento de requisitos de calidad y seguridad en productos y componentes energéticos como aerogeneradores, biocombustibles y módulos y sistemas fotovoltaicos, entre otros. Además, en el ámbito del consumo eficiente, estos laboratorios ofrecen garantías sobre los ensayos de eficiencia de luminarias, lámparas y módulos LED y equipos de climatización, por ejemplo.
También están contribuyendo a una mayor eficiencia energética las entidades acreditadas para la inspección de seguridad de las instalaciones de producción, transformación, transporte y distribución de energía eléctrica; y las que evalúan la eficiencia energética de instalaciones (alumbrado exterior, instalaciones térmicas de edificios).
Finalmente, la certificación acreditada de personas está aportando garantías sobre la competencia técnica de distintos profesionales que han surgido como consecuencia de la creciente demanda de especialistas en eficiencia energética, como los gestores y auditores energéticos o técnicos en certificación energética en viviendas.
Además, contar con servicios acreditados permite superar los obstáculos técnicos al comercio y acceder a otros mercados sin necesidad de someterlos a nuevas pruebas en el país de destino, gracias a los acuerdos que mantiene ENAC con las organizaciones internacionales de acreditadores (EA, ILAC e IAF).
Un ejemplo de este apoyo a la exportación de productos españoles a nuevos mercados es el reconocimiento por parte de la Agencia de Protección Medioambiental de los Estados Unidos de los laboratorios acreditados por ENAC en su programa Energy Star con el que se fomenta la fabricación de equipos con buen rendimiento energético.