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Los sistemas de almacenamiento de energía en baterías (BESS, por sus siglas en inglés) son fundamentales para almacenar energía renovable y garantizar la estabilidad de la red eléctrica. Sin embargo, su implementación conlleva riesgos inherentes, relacionados especialmente con los incendios de las baterías de litio ion.
Los incendios de BESS se pueden originar debido a la fuga térmica, de modo que el fallo en una celda puede provocar una cascada de sobrecalentamiento que acabe convirtiéndose en incendios difíciles de extinguir y que pueden durar horas o incluso días. Si se declara un incendio, las baterías pueden liberar gases peligrosos que representan riesgos para la salud de las comunidades cercanas y provocan daños medioambientales contaminando el suelo y el agua. En varios casos es posible que los incendios de los BESS generen enormes trastornos a los habitantes debido a daños en las propiedades e incluso evacuaciones.
Los métodos de detección tradicionales, como los detectores de llamas, a menudo fallan en las primeras fases del incendio de un BESS porque dependen de las llamas visibles o el humo, que podrían presentarse de inmediato. Allí donde no llegan los detectores de llamas, las cámaras termográficas pueden mejorar significativamente la protección y prevenir incendios antes de que lleguen a la fase de combustión.
Las cámaras térmicas pueden detectar la firma térmica desde el inicio de la fuga térmica mucho antes de que aparezcan llamas visibles o humo, permitiendo así tomar acciones preventivas para mitigar los riesgos. Si bien los detectores de llamas reaccionan frente a algo que ya ha ocurrido, una cámara térmica fija como el sensor inteligente avanzado FLIR A700F ofrece vigilancia 24/7 mediante la supervisión continua de anomalías de temperatura que podrían indicar un incendio inminente, permitiendo así su rápida intervención.
Las cámaras FLIR están diseñadas para facilitar su integración en numerosos sistemas de seguridad y control para generar respuestas automáticas como la activación de sistemas de supresión que mejoran los tiempos de respuesta y la eficiencia.
Si bien los detectores de llamas están diseñados para detectar incendios visibles, es posible que se les escapen los incendios que sólo despiden humo o permanecen ocultos, por lo que la alerta no se activaría hasta que el incendio alcance un nivel peligroso. Las cámaras termográficas FLIR pueden detectar calor con poca iluminación y ver las brasas en cuanto se forman al calentar los materiales cercanos, incluso cuando no hay signos visibles de fuego.
Esta detección temprana puede impedir que se agrave o como mínimo minimizar los daños proporcionando un tiempo vital para entrar en acción antes de que el incendio esté fuera de control. Otra ventaja de las cámaras térmicas es su capacidad de supervisar grandes áreas o varios racks de baterías simultáneamente, proporcionando así una cobertura total que a menudo resulta muy difícil para los detectores de llamas instalados en determinados puntos.
La incorporación la supervisión térmica de FLIR a las instalaciones de BESS no sólo acaba con las principales preocupaciones sobre seguridad relacionadas con los incendios de las baterías sino que también ofrece una solución proactiva, fiable y tecnológicamente avanzada. Al escoger una solución térmica fija de FLIR puede estar seguro de que sus sistemas de almacenamiento de energía cuentan con la salvaguarda de cámaras termográficas con la tecnología más avanzada del mercado que protegen tanto su inversión como a las personas frente a los efectos devastadores de los incendios de BESS.