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El reactor experimental de fusión nuclear SMART ha alcanzado un hito al crear plasma tokamak, lo que supone un avance clave para un futuro con energía infinita y barata.
La generación de energía a partir de la fusión nuclear es una de las alternativas más prometedoras para el futuro. Ofrece una fuente limpia, inagotable y competitiva en términos económicos. Si la comunidad científica logra dominar sus procesos, la dependencia de combustibles fósiles y la consecuente contaminación atmosférica podrían quedar relegadas, abriendo la posibilidad de que la energía eléctrica sea el pilar en todos los sectores, incluso en el transporte.
El proceso que impulsa la fusión nuclear es el mismo que ocurre en el Sol y en otras estrellas, donde se libera energía a partir de la unión de núcleos atómicos. En este contexto, el plasma, conocido como el cuarto estado de la materia, desempeña un rol crucial, ya que se crea y se mantiene a temperaturas extremas para permitir que los núcleos se encuentren y fusionen, generando una enorme cantidad de energía.
Entre las técnicas empleadas para conseguir la fusión controlada, los dispositivos Tokamak son los más importantes. Estos aparatos utilizan potentes campos magnéticos para confinar el plasma, asegurando que se mantenga en las condiciones necesarias para que se produzcan reacciones de fusión de manera segura y eficiente.
En este contexto, el proyecto SMART (SMall Aspect Ratio Tokamak), que se está desarrollando en la Universidad de Sevilla, en España, es el marco de un ambicioso programa de investigación internacional. Representa un hito prometedor que podría marcar una nueva era en la generación de energía casi ilimitada y sin emisiones contaminantes.
A finales del año pasado se publicaron diversos artículos en los que se explicaba la física y la ingeniería detrás de este innovador reactor. Ahora los investigadores han dado un paso crucial al conseguir generar con éxito su primer plasma tokamak. Los resultados, que ya han sido descritos en un artículo publicado en la revista Nuclear Fusion, confirman que SMART está entrando en su fase operativa, abriendo la puerta a futuras aplicaciones en la producción de energía limpia.
En declaraciones a Cosmos, el investigador principal, Manuel García Muñoz, destaca el significado de este logro: “Estamos entrando en la fase operativa de SMART. El enfoque SMART es un potencial punto de inflexión con un rendimiento de fusión atractivo y un manejo de potencia para futuros reactores de fusión compactos. Tenemos por delante tiempos apasionantes.”
Para entender la relevancia de este avance, es fundamental conocer el funcionamiento de los tokamaks, el tipo de dispositivo en el que se basa SMART. Los tokamaks son máquinas de fusión nuclear cuya característica forma de ‘rosquilla’ permite confinar el plasma que es un gas ionizado a temperaturas extremadamente altas, mediante poderosos campos magnéticos. En SMART, el plasma confinado adopta una sección transversal con la forma de una letra D mayúscula. Normalmente, en este tipo de configuraciones, el borde recto de la D se orienta hacia el centro del ‘dónut’, lo que se denomina ‘triangularidad positiva’.
SMART destaca porque será el primer reactor que funcione a temperaturas de fusión nuclear utilizando una configuración de ‘triangularidad negativa’, en la que la parte curva de la D se orienta hacia el centro. Este cambio en la forma tiene un impacto fundamental en el rendimiento del reactor. La triangularidad negativa ayuda a evitar la expulsión de partículas y energía del plasma, lo que a su vez protege las paredes del tokamak y mejora la eficiencia del proceso de fusión.
La coinvestigadora principal, la profesora Eleonora Viezzer, resume el entusiasmo del equipo:
“Estábamos todos muy emocionados de ver el primer plasma confinado magnéticamente y esperamos explotar las capacidades del dispositivo SMART junto con la comunidad científica internacional. SMART ha despertado un gran interés a nivel mundial.”
Aunque SMART es un reactor de fusión nuclear y puede parecer ajeno al mundo de los vehículos eléctricos, su impacto en el futuro de la energía es innegable. La fusión nuclear es considerada una de las fuentes de energía más prometedoras, ya que, a diferencia de los combustibles fósiles, no produce emisiones de dióxido de carbono ni residuos radiactivos de larga duración. Un reactor de fusión podría proporcionar energía casi ilimitada y a bajo coste, lo que repercutiría positivamente en la infraestructura de carga y en la autonomía de los vehículos eléctricos.
La movilidad eléctrica depende en gran medida de la disponibilidad de una energía limpia y abundante. En un escenario en el que la fusión nuclear se consolide como fuente principal de energía, se podría garantizar un suministro energético constante y sostenible, lo que reduciría la huella de carbono y aceleraría la transición hacia un modelo de transporte ecológico. Además, el desarrollo de tecnologías avanzadas como la de SMART fomenta la innovación en otros sectores, incentivando una visión integral de un futuro más verde y tecnológicamente avanzado.