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El objetivo es que la tubería y el emisor de riego puedan autoprotegerse introduciendo en su composición aditivos naturales con propiedades repelentes y fomentando así una agricultura sostenible.
El deterioro y la obstrucción de diversas estructuras de riego por la acción de insectos es un problema conocido que, sin embargo, ha recibido muy poca atención. Cuando la integridad del sistema de riego se ve comprometida por amenazas externas como pueden ser plagas, insectos o roedores se han usado sistemáticamente productos fitosanitarios para evitar estos daños.
Siguiendo la premisa de la Unión Europea de reducir al máximo el uso de productos químicos en la agricultura, el proyecto WALLDRIP avanza en el desarrollo de un novedoso sistema de riego por goteo con un efecto de repelencia que permitirá proteger los sistemas de irrigación frente a plagas de alto impacto, fomentando así la agricultura sostenible. Se tratará del primer prototipo de dos modelos de tuberías emisoras de alta precisión con mecanismos controlados de protección frente a estas plagas en cultivos de gran interés para la sociedad.
El proyecto WALLDRIP está liderado por la empresa AZUD, especializada en sistemas eficientes de filtración y riego, el Instituto Tecnológico del Plástico AIMPLAS, experto en materiales poliméricos y sus procesos de transformación, el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura CEBAS-CSIC, y el departamento de Protección de Cultivos del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (IMIDA). El Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y los fondos Next Generation de la Unión Europea financian esta actuación.
La investigadora líder en Liberación controlada y calidad del suelo en AIMPLAS, Elena Domínguez, ha destacado que “la legislación, la industria y la sociedad necesitan trabajar de manera conjunta para desarrollar soluciones integradas y sostenibles basadas en la tecnología, la ciencia y la investigación y poner a disposición de los agricultores herramientas para producir más alimentos de forma cada vez más eficiente optimizando el uso de los recursos naturales”.
Así, ha recalcado Domínguez “en este proyecto buscamos que la tubería y el emisor de riego puedan autoprotegerse modificando su proceso de fabricación y diseño, respectivamente. En el caso de las tuberías, incorporamos unas sustancias repelentes de respetuosas para la fauna presente en el suelo y que protejan la instalación de riego incrementando así su durabilidad.”.
Todo ello tiene el objetivo único de eliminar el impacto medioambiental de las aplicaciones fitosanitarias directas contra estos insectos y aumentar la durabilidad de los sistemas de riego, reduciendo la huella de carbono implicada en la optimización del uso del agua en la agricultura.