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La petrolera estadounidense Chevron y la anglo-holandesa Shell han anunciado que se sumarán como socias al consorcio que construye el oleoducto Vaca Muerta, el colosal yacimiento de petróleo de Argentina que se encuentra casi en la otra punta del mundo.
De este modo se incorporan como accionistas a Vaca Muerta Oleoducto Sur (VMOS), consorcio liderado por la petrolera YPF, controlada por el Estado argentino, y también integrado por Pan American Energy, Vista Energy, Pampa Energía y Pluspetrol.
Con una inversión superior a 3.000 millones de dólares, la obra conectará la formación Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén, con la futura terminal marítima de Punta Colorada, en la provincia de Río Negro. Se prevé que esté plenamente operativo en el cuarto trimestre de 2026.
El ducto, con una extensión de 600 kilómetros, tendrá una capacidad inicial de transporte de 550.000 barriles diarios de crudo, con la posibilidad de ampliarse hasta 700.000 barriles por día, lo que incrementará significativamente el volumen de exportaciones y la competitividad del sector.
Según informó este pasado martes YPF en un comunicado, Chevron y Shell se sumarán a la sociedad a través de sus filiales en Argentina. El consorcio VMOS fue constituido en diciembre pasado cuando varias petroleras se unieron a YPF para la construcción del oleoducto, obra que se inició en mayo de 2024 y que demandará una inversión de 3.000 millones de dólares.
El oleoducto llevará el crudo extraído de la formación de hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta, en el suroeste del país, hacia la sureña provincia de Río Negro, hasta una terminal portuaria sobre el Atlántico. El proyecto incluye la construcción de una terminal de carga y descarga con monoboyas interconectadas y una playa de tanques y almacenaje en la zona de Punta Colorada, en Río Negro.
"La concreción de esta obra de transporte es estratégica para el desarrollo de Vaca Muerta y, junto a otras iniciativas, permitirá abrir la puerta para la exportación con el objetivo de lograr 15.000 millones de dólares de ingresos anuales para el país en los próximos años, que con sus expansiones podría llegar a más de 20.000 millones de dólares", resaltan desde YPF.
Actualmente, el proyecto se encuentra en una fase de ejecución avanzada. Se ha completado el primer tramo, que enlaza el área de Loma Campana con la Estación de Bombeo Allen, en Río Negro. Paralelamente, han comenzado las tareas preliminares para la construcción del segundo tramo, que transportará el crudo hacia la terminal en Punta Colorada. "Esta obra no solo optimiza la infraestructura de transporte de Vaca Muerta, sino que también posiciona a Río Negro como un nodo estratégico en el comercio internacional de hidrocarburos", destacó Andrea Confini, secretaria de Energía y Ambiente.
En un hito clave para la financiación y desarrollo del proyecto, YPF ha consolidado una alianza con Pan American Energy, Vista Energy, Pampa Energía, Chevron Argentina, Pluspetrol y Shell Argentina. Estas compañías han comprometido una capacidad inicial de 275.000 barriles diarios, con opciones de expansión de hasta 230.000 barriles adicionales. Asimismo, la sociedad anónima VMOS, creada para la gestión y operación del oleoducto, ha sido incorporada al Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI), lo que supone un respaldo institucional sin precedentes para la materialización de proyectos energéticos de gran envergadura en Argentina.
La secretaria Confini enfatizó el papel de Río Negro como la primera provincia en adherir a esta iniciativa, subrayando además el firme compromiso del Estado Provincial en la supervisión de la obra. "Hemos fortalecido nuestros mecanismos de fiscalización en el sector midstream, asegurando que cada fase del proyecto cumpla con los estándares ambientales y de seguridad desde su inicio. Río Negro será un eje fundamental en la exportación de hidrocarburos, pero con la certeza de que este desarrollo se llevará a cabo de manera sostenible y responsable", puntualizó.
Con la instalación de los primeros tramos del ducto ya en marcha y el inicio de la segunda fase programado para principios de 2025, el oleoducto Vaca Muerta Sur se perfila como un motor de crecimiento para la economía argentina, con el potencial de generar hasta 20.000 millones de dólares anuales en exportaciones. La terminal en Punta Colorada, equipada con monoboyas para la carga de buques de gran calado, permitirá una reducción sustancial en los costos logísticos, consolidando a Río Negro como un enclave estratégico para la exportación de petróleo en Sudamérica.
Uno de los aspectos más destacados del VMOS es la construcción de la terminal marítima en Punta Colorada, equipada con las monoboyas ubicadas a 6 y 8 kilómetros de la costa, como se señalaba anteriormente. Estas instalaciones permitirán el atraque de buques de gran porte, como los Very Large Crude Carriers (VLCC), que actualmente no pueden operar en ninguna terminal del país. Estos grandes buques son capaces de cargar hasta dos millones de barriles de petróleo cada uno. Esta capacidad reducirá significativamente los costes logísticos y posicionará a Río Negro como un punto estratégico para la exportación de petróleo en Sudamérica
Con este megaproyecto en marcha, Argentina se encamina hacia un futuro energético más robusto, competitivo y alineado con las demandas del mercado internacional, situándose a la vanguardia de la industria petrolera en la región. Vaca Muerta es la segunda mayor reserva mundial de gas no convencional y la cuarta de petróleo de este tipo. La colosal formación, que comenzó a ser explorada por YPF en 2013, ha recibido desde entonces inversiones por 50.000 millones de dólares para su desarrollo. Conectarla con el mar Atlántico resulta clave para su futuro.
Este yacimiento es clave para Argentina y su futuro. Se espera que Vaca Muerta ayude a generar el superávit comercial que mantendrá un peso estable cuando se levante el control de capitales. La producción de petróleo y gas será cada vez más importantes en Argentina. Durante 2024, la producción de hidrocarburos de Argentina alcanzó valores que no se registraban desde hace más de 15 años. En petróleo, el país generó 256 millones de barriles de crudo, la mayor producción desde 2003, según revelan desde el Ministerio de Energía del país. Por su parte, el gas alcanzó los 50.726.747 m3, la producción más alta desde 2006. Estos datos están vinculados a las oportunidades que ofrece el sector en el país en el marco del proceso de estabilización de la economía.
Los economistas de JP Morgan señalaban que el petróleo argentino puede ser una razón de alegría para la economía del país, algo que ya ha comenzado a suceder a lo largo de 2024. "Argentina cuenta con vastas reservas de petróleo y gas (O&G), particularmente en la formación de Vaca Muerta, el mayor desarrollo de petróleo y gas de esquisto fuera de América del Norte. La producción de hidrocarburos del país proviene de cinco cuencas, siendo la cuenca de Neuquén (Vaca Muerta) la responsable de casi el 70% de la producción nacional", explican los expertos del banco americano.
Se cree que Vaca Muerta tiene unos 16.000 millones de barriles de crudo recuperables. Este petróleo podría exportarse de forma masiva generando notables ingresos en dólares para Argentina, lo que darían un impulso importante a una economía ya está creciendo. El PIB se creció un 3,9% en el tercer trimestre de 2024 en parte impulsado por el sector energético, que fue de los que presentó un mayor crecimiento.
