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Ingenieros del gigante Sinopec han encontrado en las profundidades de este viejo yacimiento de petróleo convencional, la mayor formación de petróleo de esquisto (o no convencional) de toda China.
Shengli, operado por la estatal Sinopec desde su descubrimiento en 1961, ha sido tradicionalmente uno de los campos petrolíferos más productivos de China. Sin embargo, el reciente hallazgo en su zona de demostración nacional de Jiyang ha marcado un punto de inflexión histórico: más de 140 millones de toneladas de reservas geológicas (casi 1.000 millones de barriles) probadas de petróleo de esquisto.
Se trata del primer yacimiento de su tipo en superar los 100 millones de toneladas y recibir certificación oficial del Ministerio de Recursos Naturales de China. De este modo, China, que importa cada día 11 millones de barriles de crudo, será un poquito menos dependiente del petróleo exterior.
Cabe recordar que el petróleo convencional es el que se extrae de yacimientos subterráneos mediante métodos tradicionales, como pozos verticales, y fluye naturalmente hacia la superficie debido a la presión del subsuelo; suele encontrarse en formaciones porosas y permeables, lo que facilita su extracción con costes relativamente bajos.
En cambio, el petróleo de esquisto (también conocido como tight oil) está atrapado en rocas de baja permeabilidad, como la lutita o esquisto, lo que impide su flujo natural. Para extraerlo se utilizan técnicas no convencionales, como el fracking, lo que suele implicar mayores costes, consumo de agua y riesgos ambientales.
Aunque ambos tipos son químicamente similares, el esquisto ha revolucionado el mercado energético (especialmente en EEUU) al convertir recursos antes inaccesibles en reservas comercializables, tal como destacan la Agencia Internacional de la Energía (EIA) y estudios publicados en Energy Policy o Nature Energy.
Este descubrimiento no ha sido fruto del azar. Shengli ha encabezado un auténtico salto tecnológico en la exploración y extracción del petróleo no convencional. Gracias a innovaciones como las mejoras del fracking, la optimización de pozos horizontales (aprovechan mejor el contenido de crudo bajo el subsuelo) y el desarrollo de plataformas de perforación automatizadas, se ha logrado reducir el ciclo medio de perforación de 133 a apenas 29,5 días.
En algunos pozos de 6.000 metros, incluso se ha alcanzado un récord de tan solo 17,7 días, lo que refleja una eficiencia inédita en el país. China está evolucionando a un ritmo impresionante en casi todos los sectores.
Uno de los pilares de este éxito ha sido el trabajo teórico y experimental de los científicos del campo. Liu Huimin, vicepresidente y geólogo jefe de la filial de Sinopec en Shengli, explicó que realizaron más de 150.000 experimentos de laboratorio hasta desarrollar una teoría que cuestiona los antiguos supuestos sobre la madurez necesaria para que el petróleo de esquisto sea movilizable. "Gracias a esta nueva comprensión, los recursos estimados en la zona de Jiyang se han triplicado tras la reevaluación", aseguró.
El propio Sun Yongzhuang, director general de la Administración Petrolera de Shengli, ha afirmado que los recursos totales de petróleo de esquisto en la zona alcanzan los 10.500 millones de toneladas, lo que equivale a todo el petróleo y gas convencional extraído en China en los últimos 60 años. Para este año, Shengli espera sumar 80 millones de toneladas más de reservas probadas gracias a su enfoque integrado de exploración y desarrollo.
Estos avances cobran especial relevancia si se observa el contexto energético nacional. A pesar de que China produce diariamente 4,23 millones de barriles de petróleo, aún necesita importar unos 11 millones de barriles al día para satisfacer su demanda interna. Por eso, el desarrollo del petróleo de esquisto se ha convertido en una prioridad estratégica para reforzar la seguridad energética del país.
En los últimos años, Sinopec ha extendido sus esfuerzos más allá de Shengli, con descubrimientos importantes en lugares como la cuenca del norte de Jiangsu o el campo de gas de Fuling, donde en 2024 se superó por primera vez una producción anual de 30.000 toneladas de petróleo de esquisto. Ese mismo año, la producción total de Sinopec en este segmento alcanzó las 705.000 toneladas, un aumento interanual de más de 300.000 toneladas.
Jia Chengzao, académico de la Academia China de Ciencias y autoridad en geología petrolera, subrayó que el petróleo de esquisto es clave para estabilizar y aumentar la producción nacional. "Las reservas probadas son el respaldo esencial de la producción actual", señaló. La reciente normalización de los métodos para certificar estas reservas por parte del Ministerio de Recursos Naturales marca, según él, un nuevo capítulo en la gestión energética del país.
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