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Moeve ha lanzado la primera convocatoria de su aceleradora corporativa de startups para impulsar su escalado, desarrollo y futura aplicación en negocios innovadores de transición energética.
A través de Moeve light up, la compañía busca dinamizar el tejido económico e innovador de la industria, escalando proyectos emergentes de los sectores deep science, clean tech y deep tech, con los que se trabaja principalmente en entornos científicos.
Con esta aceleradora, Moeve pone en marcha su primera plataforma de innovación abierta, que recaba las candidaturas a través de un formulario web de acceso libre. Moeve light up pondrá las capacidades tecnológicas y los espacios de innovación de la compañía energética a disposición de startups y partners, para impulsar tecnologías disruptivas y nuevos negocios en su proceso de transformación y de avance en la transición energética. Este modelo de innovación abierta busca situar a Moeve en el centro del ecosistema de innovación en el sector energético.
Hasta mediados de mayo, estará abierta la fase de scouting para la presentación de candidaturas. Moeve se encargará de preseleccionar aquellas con mayor potencial de cara al Selection day, una jornada de demostraciones y casos prácticos a principios del próximo junio. La compañía seleccionará las startups que pasarán a la fase de aceleración, en la que trabajarán junto a expertos de Moeve en el desarrollo de los proyectos piloto.
Los retos lanzados al ecosistema de startups están alineados con sus negocios innovadores de hidrógeno verde y combustibles derivados, los e-fuels, la búsqueda de nuevas materias primas sostenibles, la inclusión e innovación digital, la gestión eficiente del agua en sus ciclos de vida, soluciones de vanguardia de movilidad sostenible y la experiencia de cliente en la transformación de sus estaciones de servicio.
Belén Linares, directora de Innovación de Moeve, ha destacado la relevancia de esta iniciativa: “Moeve light up es un proyecto que incluye de forma transversal a todos los negocios de Moeve, con la innovación y emprendimiento como eje vertebrador y con el objetivo de impulsar todavía más nuestro compromiso con la transición energética y la descarbonización de la industria.
Esto también refuerza nuestro apoyo al tejido innovador nacional e internacional, con el objetivo de contribuir a que Europa consiga una mayorautonomía estratégica y a que la industria energética y digital avance hacia la neutralidad en carbono”.
A lo largo del próximo año 2026, tras finalizar la fase de aceleración, las startups deberán presentar en el Demo day los resultados de sus pilotos ante expertos de Moeve y del ecosistema del sector de la innovación. Los proyectos con mayor potencial, en línea con la estrategia Positive Motion de la compañía, seguirán recibiendo el apoyo financiero y estructural de la energética a través de su Centro de Innovación, para alcanzar su objetivo de aplicación en los Parques Energéticos de la energética en Palos de la Frontera (Huelva) y San Roque (Cádiz), en sus plantas químicas o en sus estaciones de servicio.
En otro orden de cosas, el comité de empresa de Moeve Química en Puente Mayorga y la energética han alcanzado un preacuerdo respecto al nuevo convenio colectivo, que regirá las condiciones laborales de los 220 trabajadores de la planta hasta este año. El documento se someterá a votación durante los próximos jueves 10 y viernes 11 de abril.
El nuevo convenio, según apuntan fuentes sindicales, avanza en varios aspectos como el plano social, uno de los más valorados por la plantilla y que se erigía como aspecto clave en la negociación. Como ya adelantó este periódico, las denominadas licencias retribuidas, aquellos permisos a los que pueden acceder los trabajadores por circunstancias personales, fueron uno de los primeros puntos abordados en la negociación. En esta categoría se incluyen, por ejemplo, el cuidado de familiares, mudanzas u hospitalizaciones, para los que se pedían incrementos en los días estipulados en el convenio hasta ahora vigente.
Además de aspectos técnicos como la adecuación del convenio a la legislación vigente o un nuevo plan de formación para los trabajadores a turno, el borrador incluye la actualización de los salarios sujeta al IPC. Este punto ha sido uno de los últimos tratados en las negociaciones, ya que bebe directamente de lo acordado en el convenio de las refinerías.
Según firmaron empresa y sindicatos para el refino, la base es un incremento consolidable en su retribución del 3,5% en 2023 y del 2,5% en 2024, ambos con efecto retroactivo, además de otro 2,5% en 2025. No obstante, se incluyó una cláusula de garantía salarial para que, si el IPC supera a estos porcentajes, se use este dato para incrementar los emolumentos de la plantilla mediante.
Desde el comité de empresa, formado íntegramente por miembros del sindicato STR, valoran este preacuerdo como "positivo" al resolver algunas de las principales demandas realizadas por la plantilla de Puente Mayorga como son organización de trabajo, la clasificación profesional y formación profesional.
Con este proceso de votación, a expensas de lo que dicten las urnas, se pondrá fin al proceso de negociación, que comenzó a finales de enero, una vez quedó firmado el convenio colectivo de las refinerías de Moeve, que sirve de estructura a sus compañeros de la química. Aun así, el comienzo de las negociaciones se demoró dos semanas más de lo previsto por la incompatibilidad de los representantes de la compañía de asistir por compromisos en las oficinas centrales de Madrid, donde se celebró un consejo de administración.
Las plantas de Moeve Química de Puente Mayorga y Palos de la Frontera trazan convenios distintos, aunque ambos basados en el ya aprobado de las refinerías. El hecho de que los dos centros negocien de forma independiente viene de lejos. Según recuerdan desde los sindicatos, hace 12 años la todavía Cepsa intentó aunar bajo un mismo documento a los trabajadores de las entonces tres plantas con las que contaba: Puente Mayorga, Guadarranque y Palos. Sin embargo, la compañía dio por imposible la consecución del mismo por las exigencias planteadas en cada uno de los centros, con el condicionante de su deseo de vender, como acabó consiguiendo, la planta de Guadarranque a la empresa tailandesa Indorama.
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