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Investigadores de la Universidad Northwestern han desarrollado una forma más económica y escalable de capturar CO₂ directamente del aire, utilizando materiales abundantes que responden a cambios de humedad.
Esta técnica, conocida como captura directa con oscilación de humedad (moisture-swing DAC), permite capturar dióxido de carbono cuando el aire está seco y liberarlo cuando hay mayor humedad, evitando así el gasto energético que supone calentar los materiales absorbentes.
Uno de los avances clave del estudio ha sido reemplazar las resinas de intercambio iónico —caras y difíciles de fabricar— por materiales más sostenibles y ampliamente disponibles, como:
Estos materiales se pueden obtener a partir de residuos orgánicos o subproductos industriales, lo que reduce su impacto ambiental y facilita su implementación a gran escala.
Los investigadores hallaron que el tamaño de poro en estos materiales es clave: los poros entre 50 y 150 Ångstrom ofrecen la mayor capacidad de captura de CO₂. Además, el óxido de aluminio y el carbón activado mostraron una cinética de captura más rápida, mientras que el óxido de hierro y el grafito nanoestructurado lograron capturar una mayor cantidad de CO₂ en total.
Este tipo de captura de carbono tiene un gran potencial para compensar emisiones en sectores como:
Estos sectores no pueden electrificarse fácilmente, por lo que la captura directa representa una de las pocas vías viables para reducir sus emisiones netas.
Una de las ventajas más interesantes de esta tecnología es que puede aprovechar gradientes de humedad naturales, como:
Esto permite reducir aún más el consumo energético y hacer viable la captura de carbono incluso en entornos remotos o rurales.
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