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Según el último informe publicado por Papernest, entre 2011 y 2024, el sistema eléctrico español ha experimentado una reducción del 73,76% en las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) vinculadas a la generación de electricidad.
Esta transformación no es solo tecnológica, sino también estructural y estratégica, resultado de decisiones políticas, señales de mercado, presión regulatoria y avances técnicos. En un contexto europeo marcado por la transición energética, España ha logrado colocarse entre los líderes de la descarbonización del sistema eléctrico.
Según los datos más recientes, las emisiones totales han caído de forma sostenida desde los 80,09 millones de toneladas de CO₂ equivalente registrados en 2011 hasta una estimación de apenas 21,02 millones para 2024 (ver gráfica de emisiones de GEI del carrusel de imágenes).
Este cambio estructural tuvo su momento clave entre 2018 y 2020, un bienio en el que las emisiones se desplomaron más del 44%. Además, no solo se ha reducido el volumen total de emisiones, sino también su intensidad.
En 2023, la electricidad generada en España alcanzó una intensidad de emisiones récord de solo 130 gramos de CO₂ equivalente por kilovatio hora, muy por debajo de los más de 300 gramos que se registraban a principios de la década pasada. Este indicador, clave para evaluar la eficiencia ambiental del sistema, confirma el avance hacia un modelo energético más limpio y sostenible.
El descenso de emisiones del sector eléctrico en España se debe a una transformación estructural basada en cuatro pilares:
La transición energética en España destaca tanto por su profundidad como por su rapidez frente al resto de Europa.
Según los últimos datos de Eurostat (2023), las emisiones del sector de “suministro de electricidad y gas” se redujeron un 43% en la UE entre 2013 y 2023. Sin embargo, España ha logrado un recorte del 74% desde 2011, consolidándose como líder en Europa occidental.
Este resultado coloca a España al nivel de referentes como Dinamarca y Portugal, y muy por delante de países aún dependientes del carbón, como Alemania o Polonia (ver tabla de reducción de emisiones de España del carrusel de imágenes).
El liderazgo español en descarbonización eléctrica se explica por decisiones clave:
Además de reducir emisiones, España gana ventaja en la carrera por las industrias verdes, el hidrógeno renovable y el almacenamiento energético, convirtiendo la acción climática en oportunidad estratégica.
España avanza con firmeza hacia la descarbonización eléctrica, pero los próximos años serán clave. El nuevo PNIEC 2023-2030 marca objetivos ambiciosos:
Con este plan, las emisiones del sector eléctrico caerían por debajo de 15 MtCO₂e antes de 2027, acercando al país a las emisiones netas cero antes de 2045.
Sin embargo, persisten retos importantes:
España ya ha marcado el rumbo. Ahora debe acelerar la implementación para mantener su liderazgo en la transición energética.
España ha logrado descarbonizar su sistema eléctrico de forma rápida y segura, reduciendo las emisiones de más de 80 a 21 millones de toneladas en poco más de una década.
Este avance convierte al sistema eléctrico en un pilar clave de la transición energética, que exige ahora más renovables, electrificación de sectores estratégicos e inversión en redes, almacenamiento y flexibilidad para consolidar el camino hacia un modelo sostenible.
Si España cumple con estos desafíos, no solo alcanzará sus metas climáticas: podrá posicionarse como uno de los líderes europeos en la carrera hacia una economía neutra en carbono.
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