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Pasadas las doce y medía del mediodía del día de ayer, el polo petroquímico de Tarragona, el más importante del sur de Europa, se paró de golpe, y con él también lo hicieron toda la industria de Tarragona, Catalunya y, en general, el conjunto de España.
Y es que, no existen hasta la fecha precedentes para un episodio como éste, equiparable a sufrir una huelga indefinida salvaje, sin preaviso, sin servicios mínimos y con un seguimiento del 100%. Las pérdidas económicas son, hoy, incalculables.
El gran apagón ibérico, con pérdida general de suministro eléctrico en toda España, ha activado la parada automática de todas las unidades de producción de los polígonos Norte y Sur del polo petroquímico de Tarragona. Se trata de una medida contemplada en los protocolos de seguridad, que ante cualquier incidente o parada no programada de alguna unidad pone las plantas en autoprotección, detiene la producción y canaliza los productos que estaban en proceso hacia las antorchas de seguridad para su quema segura y controlada.
En este caso, no ha sido una planta o una unidad concreta lo que se ha detenido, sino la totalidad del polo petroquímico. Un suceso sin precedentes en la historia de este complejo industrial. La suma de antorchas de seguridad activadas tras el inicio del gran apagón ha comportado la generación de densas humaredas negras, provocadas por la imposibilidad de generar vapor de agua para mezclar con los gases y mejorar la combustión.
Junto a la activación de estas medidas de seguridad por parte de la industria presente en el polo petroquímico de Tarragona, las administraciones públicas han activado el Plaseqta en fase de prealerta y el Procicat en fase de alerta por corte de suministro eléctrico generalizado.
Las empresas del polo petroquímico, que esperan empezar a recuperar su producción una vez tengan asegurado un suministro eléctrico firme, están ahora examinando las posibles afectaciones sobre los equipos de este corte súbito de electricidad. Durante este proceso de reactivación de las plantas, las antorchas de seguridad estarán activadas, aunque no se prevé la emisión de humo negro, puesto que disponer de electricidad posibilitará la generación de vapor de agua y, con él, una mejora de la combustión de los gases.
En cuanto al hecho de "volver a la normalidad", todavía es pronto para estimar cuánto tiempo va a tomar restablecer la producción por completo, y avanzan que podrían tener una primera estimación de los costes económicos del gran apagón eléctrico en un par de días, como mínimo.
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