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Emerson ha creado un libro electrónico que explica y proporciona detalles claros sobre cómo abordar la suciedad de los intercambiadores de calor.
¿Sabía que el 90 % de todos los intercambiadores de calor acumula suciedad? Un 2 % de suciedad puede provocar una pérdida de capacidad del 0,7 %, y un desperdicio de energía del 10 %. Sin una buena operación, los intercambiadores de calor se acaban ensuciando.
La suciedad degrada el funcionamiento:
La predicción de la tasa de ensuciamiento puede ser un reto:
Por todo ello, Emerson ha creado un libro electrónico que explica el porqué y proporciona detalles claros sobre cómo abordar las situaciones siguientes:
Suciedad: Supervisión de la tasa de degradación de la transferencia de calor, identificación de las condiciones de proceso que causan ensuciamiento y, por tanto, poder decidir qué intercambiador de calor debe limpiarse y cuándo. El escalamiento causado por el agua/vapor también es una forma de suciedad que, además, es corrosiva por naturaleza
Detección de corrosión: La corrosión/erosión se debe a varias propiedades del fluido/producto, como demasiada sal, arena, ácidos, etc. La corrosión puede provocar fugas y reducir la transferencia de calor de la carcasa y de los tubos de fluido. Esto puede provocar fallos de los tubos y contaminación cruzada entre materia prima y producto, así como costes de mantenimiento para solucionarlo.
Detección de fugas: Las fugas alrededor de recipientes, intercambiadores de calor o válvulas pueden causar situaciones peligrosas, así como contaminación del suelo; esto es un riesgo tanto de seguridad como ambiental.
Averías de válvulas: Generalmente, las válvulas se inspeccionan de forma manual, y sólo durante una parada. Es difícil detectar si se atascan en cierta posición. Esto puede llevar a evitar riesgos de seguridad, así como mejoras en la transferencia de calor y la eficiencia energética, en forma de un funcionamiento más eficaz.
Funcionamiento general: La comprensión de cómo está funcionando el intercambiador de calor permitirá mejorar la planificación del mantenimiento y de la limpieza, eliminando así las causas de las paradas de emergencia, así como de los costes no planificados de mantenimiento y de la eficiencia del activo.