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El centro tecnológico Itene ha desarrollado un nuevo dispositivo de fácil uso, portátil y de coste asequible, que permite a empresas y administraciones públicas detectar gases contaminantes y tóxicos y partículas en ambientes industriales y exteriores.
Este sistema integrado, basado en sensores, ofrece resultados similares a los registros de las cabinas de medición de la Red Valenciana de Vigilancia y Control de la Contaminación Atmosférica (RVVCCA), con una desviación inferior al 1 % según una evaluación del centro tecnológico. Además, ha sido instalado en una vía de acceso a Valencia, en un parque de la ciudad, en un municipio rural de la misma provincia y en las instalaciones de una empresa del sector de la automoción para su validación.
Estos avances se han alcanzado en el marco del proyecto de I+D BeSafe, financiado por el Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (IVACE) con fondos FEDER y ejecutado entre julio de 2021 y junio de 2022.
Este sistema de detección y monitorización facilita a las administraciones públicas el cumplimiento del Real Decreto 102/2011, relativo a la mejora de la calidad del aire, y la Ley 34/2007 de calidad del aire y protección de la atmósfera, que también establece las obligaciones de los titulares de instalaciones donde se desarrollan actividades potencialmente contaminadoras de la atmósfera, además de tipificar sanciones por incumplimientos. En el caso de las empresas, la legislación aplicable depende del tipo de gases y partículas que generen durante sus procesos industriales.
El sistema desarrollado durante el proyecto, que registra in situ los datos recabados y permite visualizarlos en un ordenador o tablet, incluye una plataforma multisensórica para la evaluación de la calidad del aire y un dispositivo específico para detectar material particulado (MP), que son contaminantes atmosféricos que pueden ser partículas líquidas o sólidas en suspensión. Este sistema, de coste asequible, ofrece una tecnología fiable y datos sólidos para facilitar a empresas y administraciones públicas la adopción de medidas para preservar la salud y seguridad de las personas.
En concreto, esta herramienta mide la concentración en la atmósfera de gases, principalmente tóxicos, además de compuestos orgánicos volátiles (COV) generadores de malos olores. Asimismo, permite monitorizar la exposición a agentes químicos o físicos, como los vinculados a los sectores de la minería y la cerámica, y evaluar las emisiones de gases tóxicos y de efecto invernadero -esto último en tiempo real- en el sector industrial primario y secundario, así como la contaminación acústica. Además, ofrece una respuesta rápida, una alta robustez y sensibilidad en la medición de nanopartículas (de 23 a 300 nanómetros) y cuenta con sistemas de alarma para niveles altos de material particulado y gases.
A nivel industrial, esta tecnología permite realizar mediciones de forma continua para comprobar la permanencia de contaminantes en el aire tras procesos industriales y comprobar la eficiencia de la ventilación para realizar recomendaciones.
Los resultados de este proyecto han sido trasladados a las empresas a través de una tech transfer session online celebrada el 10 de junio.