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ABB celebra el 70 aniversario de su transductor Pressductor®, desarrollado en Västerås (Suecia) a principios de la década de 1950 y patentado en 1954. Cuando salió al mercado, esta innovadora tecnología supuso un cambio radical en la fiabilidad de las células de carga para entornos industriales difíciles, como las fábricas de papel y la producción de acero.
El innovador sensor de fuerza fue desarrollado por el Dr. Orvar Dahle, investigador de Asea, que más tarde pasó a formar parte de Asea Brown Boveri (ABB), en respuesta a unos requisitos industriales cada vez más exigentes. El Dr. Dahle inventó la tecnología aplicando con éxito el efecto magnetoelástico, por el que las propiedades magnéticas de un material se ven influidas por la fuerza mecánica que se le aplica.
"El desarrollo en los años 50 de la tecnología de sensores Pressductor abrió la puerta a un nuevo nivel de calidad en la fabricación", afirma Daniel Jonsson, director global de Línea de Productos de ABB Measurement & Analytics. "Fue una revolución en la medición precisa y estable de la fuerza, la tensión, la presión y el par en los duros entornos de la industria pesada. Esta tecnología dio paso a un mundo de materiales prácticamente impecables".
De los automóviles a las máquinas herramienta y de los productos de papel a los plásticos, los consumidores y las empresas esperan que las bandas metálicas de acero, aluminio o cobre y las bandas flexibles de papel o plástico sean impecablemente lisas, consistentes y de grosor uniforme. Cumplir estas expectativas exige una tecnología avanzada y precisa.
Cuando se expone a una fuerza mecánica, el transductor Pressductor de ABB produce señales de medición, resultado de los cambios en los campos magnéticos. Dado que estas señales no dependen del movimiento físico ni de la deformación, las células de carga combinan sensibilidad con una extraordinaria tolerancia a las sobrecargas y prácticamente ningún límite incorporado al número de ciclos de carga.
La tecnología soporta de forma natural sobrecargas de entre el 300 y el 1.000 por ciento de la capacidad de la célula, dependiendo del tipo de célula de carga, mientras que la desviación bajo cargas industriales típicas es de sólo entre 0,02 y 0,05 mm. Esto es entre 10 y 100 veces menos que el desplazamiento que suelen experimentar los dispositivos basados en el movimiento.
En cambio, otros sistemas se basan en el movimiento físico (doblar o estirar los elementos de medición) para generar una señal eléctrica. La dependencia del movimiento hace que estos sistemas sean más vulnerables en condiciones de funcionamiento difíciles.
A lo largo de los años, la tecnología ha experimentado continuas mejoras. Por ejemplo, los avances en materiales, diseño mecánico y técnicas de producción permiten diseñar las actuales células Pressductor con una capacidad mucho menor que las generaciones anteriores. Aun así, la tecnología fundamental que constituye el núcleo de la solución sigue siendo la misma y continúa ofreciendo un rendimiento inigualable en aplicaciones exigentes.
Hoy en día, la tecnología Pressductor es sinónimo de alto rendimiento de las células de carga, gracias a una combinación de precisión, capacidad de sobrecarga y capacidad para soportar entornos difíciles. A lo largo de los años, ABB ha suministrado más de 100.000 instalaciones de células de carga Pressductor en todo el mundo.