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El dióxido de carbono es un gas fundamental para la producción de muchos productos diarios, entre ellos alimentos y bebidas, así como una materia prima clave en la industria de fertilizantes.
Sin embargo, el dióxido de carbono protagoniza los titulares de las noticias de forma negativa. Según un informe elaborado hace unos años en el Reino Unido por el Royal College of Physicians, en 2013 la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera había aumentado alrededor de un 42% respecto a los niveles anteriores a la Revolución Industrial, y su concentración sigue creciendo. El dióxido de carbono es uno de los gases que contribuyen más al calentamiento de la Tierra.
Se habla mucho sobre el CO₂ emitido por los vehículos en el sector de la automoción, pero el mayor culpable es la generación de energía y de calor. En 2020, la producción de electricidad y calor superó los 15.000 millones de toneladas de emisiones de CO₂, seguida del transporte en segundo lugar con algo más de 7.000 millones de toneladas.
Si se pregunta a las empresas industriales por qué han intentado reducir su consumo de energía en los últimos años, las razones económicas aparecen en primer lugar para muchas de ellas. Hemos observado un fuerte encarecimiento del coste de la electricidad en los últimos años, especialmente en Europa, debido a que las presiones geopolíticas y económicas han afectado con fuerza a los precios del petróleo y el gas. No obstante, otra razón de peso para muchas compañías grandes es el deseo de reducir su huella de carbono y asegurar que dejamos este planeta en buenas condiciones a nuestros hijos y las generaciones futuras.
Por lo que respecta a reducir el consumo de energía en grandes plantas industriales, ya se han adoptado las medidas más sencillas como instalar bombillas de bajo consumo y sensores de movimiento. Los ámbitos más difíciles son los relacionados con la propia producción. Los elementos que requieren temperaturas elevadas se pueden aislar mejor, al igual que en las zonas refrigeradas, pero es difícil mejorar la eficiencia de la maquinaria sin que afecte a la producción.
Un elemento habitual en la mayoría de los centros de fabricación es que necesitan aire comprimido. La neumática también suele estar presente y se utiliza en todo tipo de aplicaciones industriales. Para suministrar el aire comprimido se usan uno o varios compresores y el aire resultante se reparte por la planta mediante un sistema de conductos de aire. Estos conductos se hallan a menudo elevados para mejorar la logística y la ergonomía de la producción, pero con el paso del tiempo se pueden degradar y pueden surgir fugas. El aire puede salir por los codos, atenuadores, condensadores y otros elementos sometidos a presión. Al haber cientos de metros de conductos, estas fugas a menudo son difíciles de detectar.
Por todo ello, Teledyne FLIR es un fabricante global de dispositivos portátiles de análisis de alta calidad como cámaras térmicas y acústicas.
La cámara acústica FLIR Si2-LD, presentada este año, facilita la identificación de fugas en los conductos, aunque estén elevados y sea complicado acceder a ellos. Solo hay que apuntar la cámara hacia el conducto: puede detectar fugas de 0,05 litros por minuto a una distancia de 10 metros. A 2,5 metros es capaz de detectar incluso 0,0032 litros por minuto. Puede que no parezcan volúmenes muy grandes, pero a lo largo de un año puede representar una pérdida considerable. En la FLIR Si2-LD, las fugas de aire se visualizan en una pantalla en color de 5” de alta definición, simplemente apuntando con el dispositivo hacia el conducto elevado.
Teledyne FLIR no solo produce una amplia gama de cámaras de alta calidad sino que también suministra el software asociado para facilitar la recogida y el análisis de los datos. Este software se instala en la cámara FLIR Si2-LD. A través de un sistema denominado Industrial Gas Quantification, la cámara puede calcular la pérdida económica que provoca cada fuga identificada. Además de aire, el software también puede calcular pérdidas de otros gases, como amoníaco, helio, hidrógeno, argón y dióxido de carbono.
Si su empresa es una de las miles que se preocupan por su huella de carbono, una forma sencilla de lograrlo es reducir su consumo de electricidad eliminando las fugas de aire. La Si2-LD de FLIR es una herramienta vital para facilitar esta manera de proteger nuestro medio ambiente.
Para más información sobre la cámara acústica SI2-LD y otros instrumentos de Teledyne FLIR, contacte con un representante o un distribuidor de FLIR.